Un equipo de científicos españoles ha comprobado que el mosquito común es capaz de transmitir a través de su secreción salival un parásito característico de un tipo de malaria que solo afecta a las aves. Los investigadores han identificado al único parásito que puede transmitirlo estudiando directamente muestras de saliva de los mosquitos anestesiados.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y el área ‘Epidemiología y Salud Pública’ del Centro de Investigación Biomédica del Instituto de Salud Carlos III (CIBEResp) han comprobado que el mosquito común es capaz de transmitir a través de su saliva un tipo de malaria que solo afecta a aves.
Dos de los parásitos implicados en la transmisión de la malaria en aves por picadura de mosquito son Plasmodium y Haemoproteus. Estudios previos para conocer la propagación de esta enfermedad han analizado, a través de pruebas de ADN, la presencia de estos parásitos en el cuerpo del insecto.
No obstante, el hecho que estos parásitos estén presentes en el insecto no conlleva que este pueda contagiar la malaria. Para que eso suceda es necesario que se ubiquen en la saliva del mosquito y de esta forma se convierten en vectores, es decir, en insectos capaces de transmitir el parásito.
Un estudio, publicado en Parasites & Vectors, revela que el único parásito que puede transmitir el vector Culex pipiens mediante su secreción salival es Plasmodium, pero no Haemoproteus. Ambos parásitos resultan virulentos para las aves cuando son infectadas. “Este resultado demuestra la compleja interacción que existe entre parásitos y mosquitos. Para conocer los mecanismos de transmisión de la malaria resulta imprescindible detectar los patógenos implicados”, explica Josué Martínez de la Puente, uno de los investigadores participantes del estudio.
Para los investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y el área ‘Epidemiología y Salud Pública’ del Centro de Investigación Biomédica del Instituto de Salud Carlos III (CIBEResp), el método empleado anteriormente para analizar la transmisión de este tipo de patógenos se había centrado en las glándulas salivares del insecto. En este trabajo se han estudiado directamente las muestras de saliva.
Anestesiar insectos
El procedimiento utilizado para extraer la saliva del mosquito consiste en anestesiar, en primer lugar, al insecto. Posteriormente, y una vez que este está inmovilizado, se rodea su probóscide, o la especie de aguijón con el que pica al animal, con una microcánula que contiene una solución acuosa. La mezcla provoca que el mosquito pueda salivar y de esta forma obtener la muestra donde se comprobará la presencia del parásito.
“Se trata de una labor muy minuciosa que ejecutamos con lupas de amplio aumento. En términos de confección, lo que realizamos es similar a enhebrar una aguja pequeña con un hilo muy fino”, matiza el científico.
Durante el proceso de investigación se han puesto en contacto cinco aves con un total de 1.560 mosquitos. De estos, solo entre el 2,9 y el 14,4%, es decir 174 insectos, picaron a las aves. Los mosquitos tuvieron un período de tiempo de 13 días para desarrollar el parásito. Una vez transcurrido, se detectó a través de muestras de ADN, que el 31% de los mosquitos evidenciaban presencia de los parásitos Plasmodium y Haemoproteus en cabeza y tórax. El 5,8% presentaba el parásito Plasmodium en la saliva del vector.
“En un estudio en el que han participado más de 1.500 mosquitos solo el 5,8%, es decir unos ocho vectores aproximadamente son los que finalmente desarrollan el parásito. Esto implica que no es tan sencillo que el insecto se convierta en vector”, concluye Martínez de la Puente.
Referencia bibliográfica:
Gutiérrez-López, R., Martínez de la Puente, J., Gangoso, L., Yan, J., Soriguer, R., Figuerola, J. "Do mosquitoes transmit the avian malaria – like parasite Haemoproteus? An experimental test of vector competence using mosquito saliva". Parasites & Vectors. DOI 10.1186/s13071-016-1903-9.
Esta investigación, que contempla una fase posterior de estudio sobre las implicaciones de estos parásitos en los mosquitos Culex pipiens, ha sido financiada por la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía; el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad; el CSIC; y por el Área ‘Epidemiología y Salud Pública’ del Centro de Investigación Biomédica del Instituto de Salud Carlos III (CIBEResp).