Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el oso de las cavernas (Ursus spelaeus) que habitó desde España a los Urales, se extinguió hace 27.800 años, unos 13.000 años antes de lo que se creía anteriormente. La nueva fecha coincide con un periodo de cambio climático significativo: el Último Máximo Glaciar.
Los investigadores de la Universidad de Viena (Austria), del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) y la Universidad de Durham (Reino Unido) sugieren que la acusada bajada de temperaturas que provocó la pérdida parcial o total de la vegetación, y por lo tanto el deterioro de la disponibilidad de alimentos, fue la causa de la extinción del oso de las cavernas. El oso era uno de los miembros de la megafauna, junto al mamut, el rinoceronte lanudo, el ciervo gigante y el león de las cavernas, que desaparecieron en la última Edad del Hielo.
El estudio, que se ha publicado en Boreas, demuestra además que los científicos no encontraron pruebas convincentes que implicaran al hombre en la desaparición de los osos. El equipo utilizó tanto nuevos datos como registros existentes de radiocarbono para datar los restos de osos de las cavernas, con el fin de construir una cronología de la extinción del oso de las cavernas.
El oso de las cavernas fue el primero en desaparecer
“Nuestro trabajo muestra que el oso de las cavernas fue uno de los primeros en desaparecer de los componentes de la megafauna”, explicó Martina Pacher, del Departamento de Paleontología de la Universidad de Viena. “Otras extinciones posteriores se produjeron en diversos momentos en los últimos 15.000 años”, añadió.
Aunque numerosos científicos argumentaban que el oso de las cavernas sobrevivió hasta hace al menos 15.000 años, Pacher y Anthony J. Stuart, del Museo de Historia Natural de Londres, y la Universidad de Durham sostienen que la metodología empleada en esos estudios presentaba errores en la datación y confusión entre restos de oso de las cavernas y oso pardo.
Basándose en pruebas de la anatomía del cráneo, el colágeno óseo y la dentadura, los investigadores concluyeron que estos mamíferos extintos eran “predominantemente” vegetarianos, y consumían una dieta especializada de plantas de alta calidad. En comparación con otras especias de la megafauna que también se extinguieron, el oso de las cavernas contaba con una extensión geográfica relativamente restringida, confinado a Europa, lo que explicaría por qué se extinguió antes que el resto.
“Su modo de vida altamente especializado, especialmente la dieta de plantas de alta calidad, y su limitada distribución, le hicieron vulnerable a la extinción cuando se enfrió el clima, y su fuente de alimentos se vio menguada”, apuntó Pacher. El oso pardo, con el que el Ursus spelaeus comparte un ancestro común, estaba extendido por toda Europa y gran parte del Norte de Asia, y ha sobrevivido hasta la actualidad.
“Una pregunta fundamental que debe responderse en investigaciones futuras es por qué, si el oso pardo ha sobrevivido hasta la actualidad, el oso de las cavernas no lo ha conseguido”, subrayó Stuart. Las respuestas a esta pregunta pueden estar relacionadas con la dieta, las estrategias de hibernación, las distribuciones geográficas, las preferencias de hábitat, y puede que con la prelación por humanos.
Características del oso de las cavernas
Los osos de las cavernas eran animales de complexión muy fuerte. Los machos adultos llegaban a pesar hasta 1000 kg. El peso máximo registrado de los osos Kodiak y los osos polares –los mayores osos que viven en la actualidad– es de 800 kg, con medias de en torno a 500 kg.
Los científicos recuperaron una gran cantidad de restos de osos de las cavernas en numerosas excavaciones en cuevas, donde se cree que murieron durante su periodo de hibernación invernal. Las cavernas proporcionan un entorno ideal para la conservación de esos restos.
A pesar de los más de 200 años de estudios científicos –que se iniciaron en 1794 cuando J. Rosenmüller, describió por primera vez unos huesos procedentes de Zoolithenhöhle, en Baviera, como pertenecientes a una nueva especie extinta, que denominó ‘oso de las cavernas’– las fechas y la causa de la extinción han estado sujetas a controversias.
La mejor fuente de información sobre el aspecto que tenía realmente el oso de las cavernas se encuentra en las pinturas rupestres realizadas con pintura roja en la Grotte Chauvet, en la región de Ardèche (sur de Francia). Éstas son las únicas representaciones del arte paleolítico que pueden atribuirse al oso de las cavernas.
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Referencia bibliográfica:
Pacher, M. & Stuart, A. J.; "Extinction chronology and palaeobiology of the cave bear (Ursus spelaeus)"; Boreas; DOI: 10.1111/j.1502-3885.2007.00071.x.
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