El 50% de los barceloneses considera el e-cigarrillo menos nocivo que el convencional

La polémica con el cigarrillo electrónico no parece haber acabado. Un nuevo estudio expone que la mitad de la población que reside en Barcelona valora este sistema como menos nocivo que el convencional, a pesar de que la evidencia científica que respalde la utilidad o nocividad de los e-cigarrillos todavía sigue siendo escasa.

El 50% de los barceloneses considera el e-cigarrillo menos nocivo que el convencional
El 55% de los participantes descubrió el cigarrillo electrónico a través de amigos y conocidos. / Fotolia

La mitad de los habitantes de la ciudad de Barcelona percibe el cigarrillo electrónico como menos nocivo que el convencional, a pesar de que la evidencia científica que respalde la utilidad o nocividad de los cigarrillos electrónicos todavía sigue siendo escasa. Es la principal conclusión que se extrae de un trabajo elaborado por la Unidad de Control del Tabaquismo del Instituto Catalán de Oncología y que publica este mes la revista Gaceta Sanitaria.

Los autores han querido saber el grado de conocimiento que tiene la población sobre los llamados e-cigarrillos. Para ello, realizaron una encuesta entre 2013 y 2014 con una muestra representativa de la población adulta de la ciudad de Barcelona. El 79,2% de los encuestados manifestó conocer el cigarrillo electrónico, siendo los jóvenes, con alto nivel educativo y fumadores, los que declararon un mayor conocimiento sobre el dispositivo.

El 79,2% de los encuestados manifestó conocer el cigarrillo electrónico, siendo los jóvenes los que declararon un mayor conocimiento sobre el dispositivo

Aunque el 55% de los participantes habían descubierto el cigarrillo electrónico a través de amigos y conocidos, los medios de comunicación convencionales (radio, prensa o televisión, con un 57,8%) han supuesto la principal vía para dar a conocer este dispositivo entre la población de Barcelona. “La proliferación de mensajes positivos en los medios de comunicación podría haber creado un imaginario colectivo erróneo sobre la eficacia y la seguridad de los e-cigarrillos”, afirman los autores del artículo.

El principal reclamo que las empresas de cigarrillos electrónicos utilizan para captar clientes es precisamente su utilidad para dejar de fumar y su menor nocividad en comparación con el tabaco convencional. El mensaje está cuajando entre la población a pesar de la polarización en la comunidad científica sobre sus riesgos y beneficios.

Pros y contras del e-cigarrillo

Mientras algunos investigadores consideran el cigarrillo electrónico como una nueva vía para renormalizar el consumo de tabaco en los centros de trabajo y en los lugares públicos y para crear nuevos adictos a la nicotina, otros defienden estos dispositivos como una herramienta útil para dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco.

“Los estudios sobre la efectividad para dejar de fumar de los e-cigarrillos, así como los de seguridad y toxicidad, todavía son escasos e insuficientes y muestran una alta variabilidad entre las diferentes marcas, demostrando un control de calidad en ocasiones insuficiente”, alertan los expertos. Por ese motivo, sugieren regular la publicidad de estos dispositivos, tal como recomienda también la Organización Mundial de la Salud.

Los cigarrillos electrónicos comenzaron a proliferar en España en 2013, cuando alcanzaron hasta un máximo de 3.500 tiendas especializadas. A finales de 2014, el número se redujo a 400. Actualmente, el 6,5% de la población adulta española (alrededor de 2,5 millones de españoles) han probado en alguna ocasión los e-cigarrillos. Recientemente en España se ha regulado el uso de estos dispositivos en los espacios públicos y centros de trabajo, así como su publicidad.

Referencia bibliográfica:

José M. Martínez-Sánchez et al. Conocimiento y percepción de la nocividad del cigarrillo electrónico en población adulta de Barcelona. Gac Sanit.2015;29:296-9 - Vol. 29 Núm.4. Disponible en: http://gacetasanitaria.org/es/conocimiento-percepcion-nocividad-del-cigarrillo/articulo/S0213911115000187/

Fuente: Gaceta Sanitaria
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