Investigadores de la Universidad de Valencia han descubierto percebes que habitan exclusivamente en las aletas de pequeños cetáceos, en concreto, en delfines de aguas tropicales y templadas. A pesar del intenso movimiento del mamífero, los percebes logran alimentarse y reproducirse. Hasta ahora, este comportamiento, descrito en la revista PLoS ONE, no se conocía.
El percebe simbióntico Xenobalanus globicipitis es capaz de detectar cetáceos en movimiento, como por ejemplo los delfines listados (Stenella coeruleoalba), y gracias a la misma hidrodinámica del delfín, puede asentarse en áreas precisas del borde de las aletas, donde, a pesar del intenso movimiento del cetáceo, consiguen alimentarse y reproducirse.
"Como decía Adolf Seilacher, X. globicipitis es uno de los poquísimos percebes que ha conseguido ver el mundo a lomos de un delfín", informa Javier Aznar del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia (UV), y coordinador del estudio publicado en PLoS ONE.
La investigación, desarrollada en colaboración con la University of Southern Mississippi (EE UU), ha estudiado los percebes recogidos en 242 delfines listados varados en la costa mediterránea entre 1979 y 2009. Uno de los objetivos básicos era "encontrar patrones de selección de microhábitats del percebe en esta especie de delfín, usando los datos sobre presencia, abundancia, distribución, orientación y medidas del crustáceo", apunta Aznar.
"Estos percebes se unen exclusivamente a las aletas y, en particular, a lo largo del borde de salida, de espalda al flujo del agua. Aun así, se instalan, preferentemente en la aleta caudal y, sobre todo, en el lado dorsal y en la parte central de la aleta", detalla el experto, quien considera que existe la posibilidad que el mismo hidrodinamismo del delfín facilite el contacto de las larvas en estos lugares.
Además, estas partes de la aleta parecen ser las zonas donde los animales consiguen una filtración óptima –como todos los percebes– con el mínimo traumatismo físico asociado al movimiento del agua.
Los autores sugieren que los percebes pueden ser capaces de reconocer químicamente la piel de los delfines y, de manera pasiva, encontrar una ubicación donde vivir a través del remolino que se crea por el agua que fluye por encima de las aletas de los cetáceos.
En este contexto, "se benefician posiblemente de un entorno adecuado para filtrar los nutrientes de los alimentos y para proteger el desarrollo de sus larvas", afirma Juan Antonio Raga, catedrático de Zoología y coautor del artículo.
Analizar el microhábitat de los percebes
El estudio está basado en un trabajo de final del Máster de Biodiversidad de la UV realizado por Juan Manuel Carrillo. Se trata de la primera investigación que cuantifica los patrones de selección del microhábitat de Xenobalanus globicipitis en varias escalas espaciales. Además, informa de la biología básica de los percebes y genera datos de nuevos indicadores de problemas de salud en los delfines.
A pesar de ello, según los investigadores, todavía quedan muchos interrogantes sobre la biología de estos percebes excepcionales, que encontrarán respuesta a partir de procedimientos experimentales, todavía en fase de estudio piloto.
Referencia bibliográfica:
Carrillo JM, Overstreet RM, Raga JA, Aznar FJ. (2015) "Living on the Edge: Settlement Patterns by the Symbiotic Barnacle Xenobalanus globicipitis on Small Cetaceans". PLoS ONE 10(6): e0127367. doi:10.1371/journal.pone.0127367