Debido al impacto que los extremos climáticos ocasionan en la agricultura y la salud en España, investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL) han analizado las dos variables más representativas de estos extremos térmicos de 1950 a 2006: los días cálidos y las noches frías. Los resultados para la Península Ibérica indican un aumento de los días cálidos superior al del resto del planeta, y una disminución de las noches frías.
Son pocos los estudios que se han centrado en los extremos climáticos y en los cambios que se están produciendo en las temperaturas máximas y mínimas o en las variables de días cálidos y noches frías. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones habían analizado los cambios de temperatura promedio a escala global. Estos resultados indicaban un aumento provocado “lo más probable” por factores antropogénicos.
El nuevo estudio, publicado en la revista Climatic Change, ha permitido analizar desde el punto de vista físico las causas de las variaciones de los extremos climáticos, es decir, “qué cambios se están produciendo en las masas de aire que llegan a la Península Ibérica, así como en la temperatura del mar”, asegura Concepción Rodríguez, autora principal del trabajo e investigadora en el Departamento de Física General y Atmósfera de la USAL.
“Los resultados indican una tendencia creciente en la frecuencia de días cálidos y una disminución en la frecuencia de las noches frías. La tendencia de disminución de noches frías se corresponde con la obtenida a escala global según el IV Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Sin embargo, el crecimiento de días cálidos en la Península Ibérica es superior que el obtenido globalmente para todo el planeta”, señala la científica.
La atmósfera y los océanos son los termómetros
Para explicar estas diferencias, el equipo científico vinculó el aumento de días cálidos con índices de teleconexión climática, que representan la variabilidad de las características de la atmósfera y de los océanos. “Los días cálidos están relacionados con los patrones de teleconexión atmosféricos, mientras que las noches frías dependen, principalmente, de la temperatura del mar (del Atlántico norte)”, explica la investigadora.
El tiempo que trae la masa de aire desde el norte de África es la principal causa del aumento de días cálidos. “El tipo de tiempo que provoca más noches frías es la depresión sobre del golfo de Génova, que aporta aire seco y frío del centro de Europa a España, argumenta Rodríguez, quien afirma que los cambios en el número de días cálidos y noches frías son más pronunciados en el suroeste y el noreste de la Península Ibérica.. “Una de las causas probables de estos cambios es la variación de la temperatura superficial del mar en el Atlántico oriental”, puntualiza.
El pasado julio los investigadores presentaron en el Congreso de Estadística y Climatología en Edimburgo (Escocia) su estudio para toda Europa. En él obtuvieron un aumento “bastante significativo” de los días y noches cálidas para los veranos.
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Referencia bibliográfica:
Rodríguez-Puebla, Concepción; Encinas, Ascensión H.; García-Casado, Luis Alberto; Nieto, Susana. “Trends in warm days and cold nights over the Iberian Peninsula: relationships to large-scale variables” Climatic Change 100(3-4): 667-684, junio de 2010. DOI 10.1007/s10584-009-9721-0
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