Los últimos días de la Cumbre del Clima son decisivos para el establecimiento de un acuerdo común entre países cuyos jefes de Estado y ministros están ahora en el punto de mira del planeta. De aprobarse el ansiado compromiso global, organismos como la UNESCO lucharán con más intensidad por un estilo de vida sostenible y justo a través de la ciencia, la educación, la cultura y la ética. Así lo manifiesta a SINC Irina Bokova (Bulgaria, 1952), directora general de la UNESCO.
¿Cuál es la posición de la UNESCO en esta cumbre?
Es clara. Es muy importante que, por la participación de tantos jefes de Estado, gobiernos y grandes delegaciones, la cumbre sea un éxito para toda la humanidad. A pesar de que la UNESCO no participa directamente en las negociaciones, hemos trabajado mucho para lograrlo desde el análisis científico, a través de nuestros programas: la Comisión Internacional Oceanográfica, el Programa Hidrológico, la Reservas de la Biosferas, el Hombre y la Biosfera, etc.
¿Cuáles son las novedades de la UNESCO sobre el cambio climático?
Acabamos de lanzar una iniciativa global sobre cambio climático, transversal e interdisciplinaria, entre la ciencia, la educación, la cultura y la ética. Se presentó el pasado octubre durante la 35ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO. Ya hemos desarrollado un poco más los cuatro elementos esenciales de esta iniciativa, donde la UNESCO es más fuerte. Pero tiene una especificidad: ningún otro organismo internacional puede enfocar la cuestión del cambio climático bajo diferentes ángulos. La UNESCO como organismo multidisciplinario permite abordar los temas bajo el ángulo científico, educativo, cultural y ético. No somos una organización monotemática.
¿Qué elemento de los cuatro es el más fuerte frente al cambio climático?
La ciencia en cuestiones de prevención de desastres y gestión del agua es tal vez prioritaria. Pero la protección de lugares naturales y culturales que están en la lista de Patrimonio Mundial también es muy importante porque, de vez en cuando, aparecen peligros inminentes. Hay que alarmar a los gobiernos para que sepan cómo preservarlos. La educación para un desarrollo sostenible también es primordial, así como la elaboración -aunque difícil- de un documento o declaración sobre la dimensión ética del cambio climático. Habría que crear un puente entre ciencia y ética, y esto es muy UNESCO.
¿En qué consistiría ese puente?
Sería la ética de la Biociencia. En este sentido, ya hemos adoptado varios documentos y una declaración de cara a la bioética. Además, la comisión internacional sobre la ética de la ciencia ha propuesto eventualmente elaborar un documento, aprobado por primera vez por la Conferencia General de la UNESCO. Esta decisión es totalmente nueva desde la perspectiva del cambio climático. Se trata de dar a la reflexión científica una dimensión humanista.
¿Puedes dar algún ejemplo?
A parte del caso de las comunidades indígenas y las cuestiones de inmigración, la dimensión ética también se encuentra con el impacto del cambio climático en grupos vulnerables como las mujeres en África.
¿Cuál es el estado actual de las Reservas de la Biosfera?
Ahora mismo estamos esperando a que Copenhague adopte el programa REDD (Programa de Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los bosques) de Naciones Unidas, porque está muy cerca de lo que hacemos. Esperamos que se apruebe y que se pueda empezar a trabajar y a actuar, aunque ya tenemos proyectos pilotos en los bosques tropicales de la República Democrática del Congo en África. Tal vez después podamos contribuir mucho más. Toda la información que se ha ido recogiendo como si fuera información de laboratorio sobre las Reservas de la Biosfera sirve de evaluación del impacto del cambio climático y es muy importante para muchos países y para los científicos que estudian este fenómeno. A nivel de conocimiento del cambio climático ha sido nuestra contribución a esta conferencia.
¿Qué pasará si en Copenhague no pasa justamente nada?
Esperamos que pase algo. Es muy importante que se llegue a un acuerdo. Pero por el momento sólo tenemos un Plan A, y ningún Plan B. Aunque se decida aquí, el papel de la UNESCO se va a producir después y tendrá que cambiar la vida de la gente a través de la educación, la ética, y la ciencia para un desarrollo sostenible. Para ello se necesita una acción continua y permanente, y sobre todo un cambio de mentalidades. Eso es esencialmente nuestro papel.