Un estudio liderado por investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona propone un nuevo parámetro para conocer el sistema volcánico y evaluar sus riesgos, ya que permite estimar la composición de los minerales y el calor que desprenden.
Cumbre Vieja es ya una Meca en la que se dan cita decenas de investigadores de diferentes campos, como la sismología, la geoquímica y la oceanografía. En vulcanología el trabajo multidisciplinar es esencial. Mientras unos vigilan el magma, otros miden el terreno, persiguen a la lava o analizan el aliento emitido. Su misión ahora es concreta: evitar víctimas.
Desde el pasado sábado, la isla canaria de La Palma ha registrado más de 4.200 pequeños terremotos. Ayer, uno de ellos, de una magnitud de 3,2, fue el más potente desde que empezó la crisis. Según el Instituto Vulcanológico de Canarias, una incursión de magma en el subsuelo de la isla podría ser la causa, aunque de momento no hay razón para temer una erupción.
El complejo volcánico de Cerro Blanco en los Andes centrales fue el escenario de la mayor erupción volcánica ocurrida en los últimos 5.000 años según un nuevo estudio elaborado por un equipo de investigadores hispano-argentinos. El análisis de los depósitos de ceniza volcánica presentes en una extensa región del noroeste de Argentina ha permitido a los autores de la investigación reconstruir la dinámica y el alcance de esta gran erupción.
Científicos del grupo de Vulcanología del Instituto Geográfico Nacional y del Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (Italia) han datado, mediante un estudio paleomagnético, las lavas de la erupción de Lomo Negro (El Hierro, Canarias). Los resultados indican que esta erupción, contrariamente a lo que había sido propuesto, es anterior a 1793, año en que El Hierro experimentó una crisis sísmica importante registrada en diferentes documentos históricos. La edad más reciente para la erupción de Lomo Negro compatible con los datos paleomagnéticos corresponde al siglo XVI.