En el marco de la XVII Conferencia Internacional sobre el sida, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer domingo (madrugada del lunes española) que el gobierno español va reforzar su compromiso en la lucha contra el VIH con una aportación de 10,2 millones de euros a ONUSIDA, el programa de las Naciones Unidas sobre esta enfermedad. La nueva ayuda económica española supone más del doble que la concedida el año pasado.
La deportación de varones usuarios de drogas inyectables está vinculada a un mayor riesgo de infección por VIH
Pulmón de un paciente enfermo de tuberculosis.
En la Reunión de Alto Nivel sobre VIH/sida de la Asamblea General de Naciones Unidas, el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, ha destacado la necesidad de políticas públicas frente al VIH/sida ante la progresiva feminización de la epidemia. Así, ha subrayado las políticas españolas en este ámbito, en concreto, las estrategias de reducción de daños y de lucha contra el estigma y la discriminación.
Tras la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), la supervivencia y calidad de vida de las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH-1) ha aumentado en los países enriquecidos. No obstante, con la mejora del pronóstico se observa en los pacientes un aumento de trastornos negativos a largo plazo, entre los que se encuentra la osteoporosis, es decir, la pérdida progresiva de masa ósea.
Desde la generalización de los tratamientos antirretrovirales a mediados de los '90, la incidencia del sida ha experimentado un progresivo declive y el total de casos registrados supone un descenso del 78% respecto al total de los notificados en 1996. Los datos aparecen esta semana, cuando se cumplen 25 años del descubrimiento del virus del sida por el equipo de Luc Montaigner.