El helio líquido del observatorio espacial Herschel se ha agotado. Finalizan así los tres años de esta misión con la que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha estudiado el universo más frío. Entre las imágenes facilitadas por el satélite destacan las intrincadas redes de filamentos de polvo y gas de la Vía Láctea.
El telescopio espacial Planck de la ESA ha conseguido la imagen más precisa hasta la fecha del fondo cósmico de microondas, la radiación que quedó del Big Bang. El mapa ayudará a confirmar con una precisión sin precedentes el modelo cosmológico estándar, aunque también ha desvelado que el universo es entre 80 y 100 millones de años más antiguo de lo que se pensaba, además de algunas anomalías inesperadas que los científicos tendrán ahora que aclarar.
La luz de galaxias distantes se distorsiona por el efecto gravitatorio de una galaxia más cercana, que actúa como una lente y hace que la fuente alejada aparezca distorsionada, pero más brillante. / ESO
Las primeras estrellas que se formaron tras el Big Bang y la Edad Oscura eran muy masivas y tuvieron un gran protagonismo durante la reionización –la segunda mayor fase de cambio de hidrógeno en el universo–. Nuevas observaciones del Instituto de Astrofísica de Canarias nos acercan a esas estrellas del universo primitivo que se hallan en la galaxia C 1613, la más cercana a la Tierra.
Diagrama del sondeo CALIFA. Imagen: Colaboración CALIFA.
La naturaleza de la energía oscura y la producción de campos magnéticos cosmológicos podrían tener un origen común. Así lo plantean dos investigadores de la Universidad Complutense de Madrid en un estudio publicado en Modern Physics Letters A y que ha sido portada de la revista de divulgación New Scientist.
Hasta ahora, su existencia era pura teoría, pero un equipo internacional de investigadores ha conseguido identificar directamente el primer filamento de materia oscura entre dos agrupaciones de galaxias. El hallazgo contribuye a trazar la evolución del universo a través de estas ‘carreteras galácticas’.
Luis Sarro, en su despacho de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la UNED.
Solo faltan unos meses para que la Agencia Espacial Europea ponga en órbita el GPS más preciso de nuestra galaxia: la misión Gaia. La nave censará millones de estrellas, localizará asteroides, quásares y objetos celestes desconocidos hasta el momento. Luis Manuel Sarro (Madrid, 1970), físico solar e investigador del Departamento de Inteligencia Artificial de la UNED, participa en la misión.
Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Física Corpuscular (IFIC, CSIC-Universidad de Valencia) y de la Universidad de Barcelona ha obtenido el límite más preciso hasta la fecha de la masa de los neutrinos gracias a la observación de las galaxias. Los resultados revelan que la suma de las masas de los tres tipos de neutrinos que existen no representa más del 6 por mil del total de la masa-energía del cosmos.