Los efectos sobre el desarrollo neurológico a largo plazo de la contaminación atmosférica ya han sido puestos de manifiesto en numerosos estudios. Ahora, una nueva investigación señala también las fluctuaciones a corto plazo que causa la polución en la función de atención en niños y niñas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un algoritmo que recomienda a los conductores el mejor itinerario según los datos del trafico, facilitados, a su vez, por una red de sensores desplegados por las vías de circulación. El método puede aplicarse en sistemas inteligentes de transporte para reducir las congestiones de las carreteras.
Una revisión a gran escala evidencia la relación entre contaminación atmosférica provocada por el tráfico rodado y el desarrollo de asma infantil. Los datos estiman que el asma afecta a 334 millones de personas en todo el mundo y que la prevalencia del asma infantil ha aumentado significativamente desde los años 50.
Infarto de miocardio, enfermedad isquémica del corazón, enfermedad cerebrovascular, neumonía, asma, EPOC y diabetes son algunas de las causas de muerte provocadas por el denso tráfico madrileño. Este es el principal resultado de un nuevo estudio del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid que relaciona el exceso de ruido de las carreteras con algunas causas de muerte diaria registradas en la capital de España.
Un equipo de investigadores de Cataluña ha demostrado que el tráfico es la única fuente de partículas finas que se asocia con una reducción en el desarrollo cognitivo. Por ello, una reducción de la contaminación atmosférica procedente del tráfico en las escuelas primarias podría tener efectos beneficiosos sobre la cognición.
Investigadores de la Universidad de Granada han diseñado PETRA, un sistema que mejora la información de tráfico disponible para el conductor. Se trata de un sistema informático, basado en tecnología big data, que fusiona distintas fuentes de datos y mejora la fluidez de los desplazamientos en coche. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha financiado la investigación.
Los niños son más vulnerables a los efectos de los elementos medioambientales. Así lo indica un nuevo estudio, publicado en Neuroimage, que muestra cómo la exposición a la contaminación del aire provocada por el tráfico se asocia a cambios de naturaleza funcional del cerebro, sin efecto evidente en la anatomía y la estructura cerebral o en los metabolitos de membrana.