Investigadores estadounidenses han estudiado el porqué de la forma de la cabeza de los tiburones martillo (Sphyrna mokarran), uno de los escualos más peculiares del océano. El estudio, que se publica ahora en Journal of Experimental Biology, confirma que su cabeza le confiere una visión estereoscópica hacia delante y hacia atrás y una excelente percepción de las profundidades.