Una nueva superficie desarrollada en China hace rotar a las gotas de agua cuando caen y rebotan sobre ella, impulsándolas a una velocidad superior a 7.300 revoluciones por minuto. El avance se podría aplicar en procesos de autolimpieza, anticongelantes y generación de hidroenergía.
Hace más de 360 millones de años, los vertebrados poblaban los océanos, ríos y lagos del planeta, incapaces de establecerse en tierra. Para conseguir salir del agua, la cola de estos animales resultó fundamental para moverse por la superficie, especialmente en las pendientes, ya que les permitió impulsarse hacia arriba y no resbalar. Este es el principal resultado de un estudio estadounidense que arroja luz sobre el origen de la vida terrestre.
La diversidad de flores que observamos se debe en parte a los cambios en los tipos de polinizadores. Un estudio, realizado en las islas de Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde, con la colaboración de científicos españoles, demuestra que las formas de las células epidérmicas de los pétalos también se modifican cuando la polinización pasa de ser por insectos a aves.
El descubrimiento de nuevas pruebas de agua líquida en Marte no debe focalizarse exclusivamente en el agua per se, sino en la posible existencia de un ciclo hidrológico, tal vez similar al terrestre, que sería responsable de su presencia y escorrentía en superficie, como sugiere la identificación de sales hidratadas. Si se demostrara que este ciclo existe en la actualidad, implicaría que el planeta rojo está realmente activo, con las repercusiones que tiene para la búsqueda de vida.
Investigadores españoles y portugueses han analizado la composición y el efecto sobre la radiación solar de los aerosoles desérticos durante dos episodios que afectaron simultáneamente a Badajoz y Évora (Portugal) en agosto de 2012. Los resultados demuestran que la intrusión del polvo procedente del desierto del Sáhara provoca un enfriamiento radiativo en la superficie.
Averiguar cómo se mueve una embarcación sin necesidad de echarla a la mar es posible gracias a un modelo matemático desarrollado por investigadores de la UNED y de la Universidad Complutense de Madrid. Los científicos han probado la validez de la técnica en un barco a escala de más de cuatro metros de eslora.
Investigadores de la UNED han conseguido representar en el espacio una complicada simetría de una ecuación del siglo XIX, la conocida como cuártica de Klein. Aunque se había escrito numerosa literatura científica al respecto, nunca se había conseguido de forma tan sencilla. Su belleza geométrica ha despertado el interés de otros científicos, que incluso la han reproducido en gomaespuma.