Cuando los primeros animales terrestres consiguieron moverse por el barro y la arena, las aletas con las que se desplazaban por el agua les sirvieron para deslizarse por las superficies planas. Los autores del trabajo, publicado hoy en Science, observaron que la cola de los peces del fango mejora la movilidad lateral y la propulsión hacia arriba en las pendientes. Además, detectaron que cuando alcanzaban la cima de la cuesta, la cola actúa como un fuerte freno que impide que los animales se deslicen hacia abajo.
“La cola es un apéndice que ha recibido relativamente poca atención en los estudios sobre la invasión de la tierra”, asegura a Sinc Ben McInroe, investigador en el Instituto de Tecnología de Georgia (EE. UU) y uno de los autores principales.
Para estudiar sus movimientos por la superficie, los científicos crearon un robot –denominado MuddyBot– que imita al pez del fango. Tiene dos extremidades y una potente cola que se mueve gracias a un motor eléctrico. El robot utiliza las técnicas de locomoción de los animales, permitiendo a los expertos detectar el flujo y las condiciones de arrastre.