Los stents de segunda generación, recubiertos con fármacos que impiden que se vuelva a formar tejido en el interior de la arteria, y los de tercera generación, o biodegradables, poseen una eficacia similar. Así concluyen los resultados de un trabajo presentado en el Congreso Europeo de Cardiología de Londres y publicado en el European Heart Journal. Eso sí, la ventaja de los biodegradables es que permiten que se recupere la función del vaso sanguíneo.
El Hospital Clínico San Carlos de Madrid ha intervenido, por primera vez en España, a un paciente con enfermedad coronaria con el nuevo Dispositivo Vascular Biorreabsorbible (BVS). La intervención, realizada por Carlos Macaya, jefe del Servicio de Cardiología del centro, forma parte de un ensayo clínico mundial que estudia la “desaparición” del dispositivo coronario o stent.