Los stents de segunda generación, recubiertos con fármacos que impiden que se vuelva a formar tejido en el interior de la arteria, y los de tercera generación, o biodegradables, poseen una eficacia similar. Así concluyen los resultados de un trabajo presentado en el Congreso Europeo de Cardiología de Londres y publicado en el European Heart Journal. Eso sí, la ventaja de los biodegradables es que permiten que se recupere la función del vaso sanguíneo.
El Hospital Clínic de Barcelona ha liderado un estudio multicéntrico e internacional para comparar la eficacia de dos tipos de stents o cánulas en pacientes con infarto agudo de miocardio. Se trata de los stents de segunda generación, recubiertos con fármacos que impiden que se vuelva a formar tejido en el interior de la arteria, y los de tercera generación, o biodegradables.
Los resultados, presentados en el Congreso Europeo de Cardiología de Londres, han sido publicados en la revista European Heart Journal y demuestran en 191 pacientes que la eficacia de los dos stents es similar, aunque la ventaja de los biodegradables es que permiten que se recupere la función del vaso sanguíneo.
Los stents son un tipo de mallas tubulares que en cardiología se colocan en arterias u otros vasos sanguíneos para mantenerlos abiertos. Los primeros stents estaban fabricados con un material metálico, acero inoxidable, y para dotarlos de mayor flexibilidad se utilizaron diferentes aleaciones en su fabricación. Los actuales, denominados de segunda generación, están recubiertos con medicación que se libera de forma progresiva y que minimiza la inflamación del vaso sanguíneo e impide que vuelva a crecer tejido en su interior.
El futuro son los stents biodegradables o reabsorbibles, recubiertos también con los fármacos antiproliferativos de liberación controlada y que tienen la ventaja de desaparecer al cabo de unos meses. De esta manera es posible recuperar la función arterial, cosa que no sucede con los metálicos.
Cambio de paradigma
En el estudio se compara el uso de los stents metálicos recubiertos con un fármaco antiproliferativo, el everolimus, con unos nuevos stents formados por un material biodegradable y el mismo fármaco. Los resultados demuestran que, en un seguimiento de seis meses, con estos nuevos stents se obtienen los mismos resultados que con los mejores que hay disponibles en la actualidad, los de segunda generación.
"Actualmente estamos haciendo el seguimiento a más largo plazo con estos nuevos dispositivos, ya que en el seguimiento de 6 meses ya han demostrado unos resultados prometedores", explica Manel Sabaté, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Clínic y primer autor del trabajo. "Si se confirman los datos obtenidos en este estudio preliminar estaríamos ante un cambio de paradigma en el ámbito de la cardiología intervencionista", añade.
Referencia del artículo:
Manel Sabaté, Stephan Windecker, Andres Iñiguez, Lisette Okkels-Jensen, Angel Cequier, Salvatore Brugaletta, SjoerdH. Hofma, LorenzRäber, Evald Høi Christiansen, Maarten Suttorp, Thomas Pilgrim, Gerrit Anne van Es, Yohei Sotomi, Hector M. García-García, Yoshinobu Onuma, Patrick W. Serruys. Eur Heart J (2015) DOI: http://dx.doi.org/10.1093/eurheartj/ehv500 First published online: 24 September 2015 Everolimus-eluting bioresorbable stent vs. durable polymer everolimus-eluting metallic stent in patients with ST-segment elevation myocardial infarction: results of the randomized ABSORB ST-segment elevation myocardial infarction—TROFI II trial
Investigación patrocinada por el Instituto Europeo de Investigación Cardiovascular (ECRI).
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.