Científicos de la Universidad de Salamanca y de la empresa Nebusens trabajan en un sistema de sensores inalámbricos que podría aplicarse a la localización de personas y mercancías en un barco y al control de muchos elementos de la propia embarcación.
Un equipo de investigadores del Instituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC, de la Technische Universität Braunschweig (Alemania) y de la Universidad Autónoma de Barcelona, han desarrollado un microdispositivo fotónico para detectar y contar partículas con tamaños de entre menos de un micrómetro hasta decenas de micrómetros. Este laboratorio fotónico en un chip, rápido y económico, permitirá desarrollar sistemas portátiles para el análisis de muestras biológicas, el control de la contaminación ambiental o similares.
La ingeniera de telecomunicación Rosa Ana Pérez, profesora ayudante en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha diseñado y desarrollado una serie de láseres, que van desde varios centímetros de longitud hasta los 50 kilómetros, para su aplicación en el ámbito de los sensores de fibra óptica. El desarrollo de esta tecnología permite medir fácilmente parámetros como la temperatura o detectar diversos tipos de gases a distancias remotas.
Conseguir que una mercancía esté monitorizada en todo momento, desde el origen hasta que llega a destino, de modo seguro y en tiempo real. Esto es lo que han conseguido un grupo de investigadores de la Universidad Pública de Navarra y la empresa navarra TB-Solutions, especializada en el desarrollo de plataformas de comunicación seguras. Su trabajo se enmarca en el proyecto Transporte Inteligente de Mercancías Intermodal (TIMI) y trabajan en el desarrollo comercial de su producto.
Un conjunto de sensores capaces de medir toda la cadena de generación de movimiento es capaz de eliminar los temblores incontrolados de algunas enfermedades neurodegenerativas. El nuevo dispositivo es capaz de identificar si la persona quiere ejecutar movimientos voluntarios, como alzar un vaso para beber, y estabilizar el brazo para facilitar la acción.
Un pequeño vidrio con dos canales casi imperceptibles que forman una cruz, o, según como se mire, una espada. A primera vista, no resulta muy llamativo, pero se trata de un sensor gestado en la Universidad de Oviedo como se fabrican pocos en el mundo. De estos vidrios ha brotado una pequeña empresa que ha comenzado a diseñar, producir y utilizar estos dispositivos, capaces de efectuar por sí mismos todo el proceso de análisis químico.
Investigadores del Departamento de Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con investigadores del prestigioso Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) norteamericano trabajan en el desarrollo de nuevos sensores basados en magnetoresistencia túnel.
Investigadores del Departamento de Teoría de la Señal, Telemática y Comunicaciones de la Universidad de Granada, dirigidos por José Carlos Segura Luna, trabajan en un proyecto orientado a desarrollar un sistema para la localización de personas dependientes en su entorno y para, mediante el uso de ambientes inteligentes, facilitar su estancia y seguridad.
Seguridad alimentaria a través de tests rápidos y económicamente rentables para detectar contaminantes químicos en alimentos es el objetivo principal del nuevo proyecto europeo CONffIDENCE
Científicos de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un biosensor electroquímico a partir de nanopartículas de oro capaz de detectar el mejor momento para la fertilización en el ganado bovino. El hallazgo puede suponer importantes ganancias económicas al sector gracias a la mejora de la eficacia en los métodos de reproducción asistida por inseminación artificial de estos animales