Un conjunto de sensores capaces de medir toda la cadena de generación de movimiento es capaz de eliminar los temblores incontrolados de algunas enfermedades neurodegenerativas. El nuevo dispositivo es capaz de identificar si la persona quiere ejecutar movimientos voluntarios, como alzar un vaso para beber, y estabilizar el brazo para facilitar la acción.
Investigadores europeos han desarrollado un sistema que elimina los temblores incontrolados provocados por enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o el Alzheimer. El dispositivo será presentado en Zaragoza los días 19, 20 y 21 de mayo con motivo de la reunión informal de ministros de la Unión Europea con competencia en discapacidad, donde se harán además pruebas con pacientes.
“Hemos conseguido desarrollar una neuroprótesis que es capaz de identificar si la persona está temblando o no y si quiere ejecutar movimientos voluntarios o no, en cuyo caso, a través de estimulación eléctrica funcional, estabiliza el temblor”, explica José Luis Pons, responsable del proyecto e investigador en el Instituto de Automática Industrial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
“Actualmente este tipo de temblores se trata mediante medicación o estimulación cerebral profunda, pero un 25% de los pacientes no responde a ninguna de las terapias, por lo que este sistema proporciona una alternativa para un gran número de enfermos”, continúa Pons.
El dispositivo, de momento un prototipo, consiste en un conjunto de sensores que son capaces de medir toda la cadena de generación de movimiento, desde el origen de la ‘orden’ en el cerebro hasta su ejecución.
“Usamos un casco de encefalografía que detecta la intención del movimiento del usuario, es decir, cuándo quiere empezar a moverse. Además, tenemos electrodos que miden la actividad muscular, por lo que podemos saber cuándo se está moviendo y, mediante otro tipo de sensores, llamados inerciales, cómo es ese movimiento”, apunta Eduardo Rocón, otro de los autores asociados al proyecto.
En la investigación, que aún está en marcha, participan también investigadores del Instituto de Biomecánica de Valencia, la Universidad de Roma Tre (Italia), la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), la Universidad de Aalborg (Dinamarca) y las empresas Technaid, Smartex y UNA Sistemi.
Una neuroprótesis se adelanta
De este modo, la neuroprótesis es capaz de saber cuándo la persona quiere ejecutar un movimiento voluntario, como agarrar un objeto o desplazar el brazo a la derecha. Esto es importante porque el sistema sólo elimina los temblores si van a interferir con el movimiento, a fin de no cansar el músculo.
Pons explica que existen dos maneras de eliminar el temblor: “Una es estabilizando el brazo, en cuyo caso lo que hacemos es forzar la rigidez del músculo para que sea el propio brazo el que filtre los movimientos temblorosos. La otra forma consiste en que si detectamos que el brazo está temblando en una dirección, aplicamos una acción que lo mueve en dirección opuesta para que la suma de ambos produzca estabilidad”.
Los investigadores estiman que a finales de año terminarán las pruebas con pacientes, que se están llevando a cabo en Bélgica, Reino Unido y España. “Aunque es difícil de predecir, porque depende en parte de la reacción de la industria, pensamos que en un plazo de cinco o 10 años puede haber una solución de este tipo en el mercado”, aventura Rocón.
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