La dieta del Australopithecus anamensis, un homínido que vivió en el este del continente africano hace más de cuatro millones de años, era muy especializada e incluía tanto alimentos típicos de ambientes abiertos (semillas, juncos, hierbas, etc.) como frutos y tubérculos. Así lo indica un estudio científico que tiene como primer autor a Fernando Estebaranz, investigador del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona.
El Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de Salamanca es la única entidad española que participa en un proyecto europeo que se acaba de aprobar y que durante los próximos cuatro años tratará de estudiar la calidad de las semillas de diversas especies vegetales. La idea es comprobar de qué manera pueden influir las condiciones ambientales en aspectos como la germinación, con el objetivo de lograr mejores semillas.
El conflicto hombre-elefante y la caza furtiva han reducido un 95% el rango histórico de distribución del elefante asiático (Elephas maximus). Imagen: Ahimsa Campos-Arceiz
Las hormigas obreras más pequeñas son buenas buscadoras de semillas en el suelo y las más grandes son mejores transportándolas hasta el nido. Repartirse las tareas según las habilidades de cada individuo les permite hacer llegar más alimento al interior del nido con un esfuerzo menor.
La Ecología, como toda ciencia, sufre las limitaciones y preconcepciones de sus científicos. Para investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), esto explica que la masiva depredación de semillas en los excrementos de los herbívoros haya pasado hasta ahora inadvertida fuera del trópico.
Las semillas irradiadas se cultivan in vitro en el laboratorio de la UJI.
Daniel García, investigador del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, ha observado junto con Regino Zamora de la Universidad de Granada, y Guillermo Amico de Imbioma-Conicet (Argentina), que la abundancia de aves que se alimentan de frutos es un buen indicador del proceso de dispersión de semillas de árboles y arbustos a lo largo del paisaje del bosque cantábrico, el monte bajo mediterráneo y el bosque patagónico. El trabajo se ha publicado en Conservation Biology, la revista científica más citada en su campo.
La comunidad científica sabía que muchos carnívoros consumen frutos, pero pensaba que era algo anecdótico. Ahora investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) revelan que carnívoros como los zorros y las martas desempeñan un papel importante en la reproducción y dispersión de las plantas con frutos.
Los mamíferos carnívoros como el zorro (Vulpes vulpes) también consumen semillas.