Las prácticas culinarias son transmitidas de generación en generación. Entre ellas, las que contienen alimentos tradicionales cumplen dos aspectos esenciales: tienen una conexión con el entorno y reflejan el esfuerzo de la población para mantenerlos a lo largo del tiempo. Este es el caso del melloco, la maca, la quinoa o el amaranto.
Estos artrópodos comestibles suponen una alternativa para combatir la inseguridad alimentaria y reducir el impacto ambiental de la industria ganadera. Numerosos estudios señalan los beneficios de esta dieta, parte de la cultura de algunas regiones del mundo. En México, constituyen parte fundamental de su gastronomía centenaria.
En esta Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) la salud y su relación con la crisis climática han cobrado gran protagonismo. Jaime Martínez Urtaza, que estudia la evolución de los patógenos peligrosos para los humanos, explica que la urgencia por recuperar la actividad económica después de la covid-19 está frenando las medidas contra el calentamiento, cuyo impacto es mayor en personas vulnerables como niños y ancianos.
El bienestar de millones de personas depende de los servicios ecosistémicos de colibríes, abejas, mariposas, y otros animales. Pero la destrucción de hábitats y el uso de pesticidas están mermando drásticamente sus poblaciones, lo que supone un grave problema no solo a nivel ambiental, sino también económico y social. Ahora, un equipo internacional ha creado el primer índice de riesgo global relacionado con su declive.
Investigadores españoles han aplicado un nuevo procedimiento de análisis para la determinación de hidrocarburos aromáticos policíclicos, un grupo de compuestos altamente cancerígenos según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. El hallazgo ha dado lugar a una nueva metodología sensible, exacta, precisa y sostenible.
Investigadores de la Universidad de Almería han validado un procedimiento rápido, sencillo y de bajo coste para determinar sustancias producidas por hongos en aceites vegetales, detectando su presencia en el 40% de las muestras. La técnica ayuda a mejorar la seguridad alimentaria de estos productos y proporciona las herramientas necesarias para la definición de los límites permitidos en el consumo.
Un estudio internacional, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, alerta de los principales riesgos vinculados al calentamiento global que afectarán a la región del Mediterráneo, a la salud y a la seguridad alimentaria.
En colaboración con una bodega de Ribera del Duero, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Valencia han conseguido elaborar un vino libre de histamina. Esta sustancia está implicada en respuestas del sistema inmunitario, por lo que su ausencia evitará a los consumidores reacciones alérgicas no deseadas como el dolor de cabeza y el malestar general.
Investigadores de los centros tecnológicos AINIA e ITC, en la Comunidad Valenciana, han desarrollado dos prototipos de sensores ópticos para detectar anomalías en productos agroalimentarios y cerámicos en tiempo real. Podrían suponer un ahorro de entre el 50 y 80% respecto al coste de los dispositivos actuales de inspección.
Los nuevos diseños en envases biodegradables para alimentos pueden suponer hasta un 16% de ahorro en material, según los resultados del proyecto SOSTPACK en el que participan los centros tecnológicos AINIA y AIMPLAS. Las primeras demostraciones se han realizado con envases tipo bandeja y bolsa en productos como snacks, bebidas lácteas y carnes.