En este ejemplar se han identificado diferencias genéticas y morfológicas con respecto a otros de estos anfibios, lo que revela su pertenencia a una nueva especie y género. La Estación Biológica de Doñana ha liderado este hallazgo, en el que ha participado también el Museo de Historia Natural de Londres y el Museo Nacional de Kenia.
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha descubierto excepcionales propiedades moleculares en un péptido antimicrobiano obtenido de la piel de un sapo australiano, protagonista del #Cienciaalobestia. El hallazgo podría inspirar el desarrollo de nuevos fármacos sintéticos para combatir infecciones bacterianas.
Suicidios, humillaciones, fraudes, sabotajes y chantajes. Los investigadores han recurrido a todo tipo de mañas y mentiras para obtener el reconocimiento de sus colegas. La presión ha llevado a biólogos, paleontólogos y físicos a anteponer las malas prácticas por el supuesto bien del conocimiento.
El sapo común ibérico y el sapo común europeo se diferenciaron hace nueve millones de años, pero siguen siendo muy similares entre sí. Un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha tratado de comprender cómo se forman nuevas especies analizando el área en Francia donde estos anfibios entran en contacto y se reproducen.
El sapo de caña (Rhinella marina) es un anfibio nativo de América Central y América del sur, introducido en Australia en 1935 para controlar al escarabajo de caña. Desde entonces, el protagonista de #Cienciaalobestia, se ha expandido rápidamente por todo el país alcanzando una población estimada de 200 millones. Un reciente estudio revela la técnica que emplean estos anfibios para proteger su equilibrio interno de agua y sales cuando cambian la piel.
El cambio climático representa una de las mayores amenazas actuales para la biodiversidad y uno de los grupos animales más afectados por el aumento de la temperatura son los anfibios. Un equipo científico con participación española ha estudiado cómo las olas de calor afectan al tipo de dieta de tres especies de anfibios de la península ibérica: la ranita de San Antonio, la ranita meridional y el sapillo pintojo ibérico.
Conocer las causas de la actual distribución de la diversidad biológica es un asunto complejo debido a la imposibilidad de realizar manipulaciones experimentales a gran escala espacio-temporal. Esta dificultad le otorga un valor añadido al trabajo del equipo de Andrés Baselga, investigador Parga Pondal del Departamento de Zoología de la Universidad de Santiago de Compostela, y del doctor Jorge M. Lobo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC-Madrid), que acaban de publicar un artículo en PLoS ONE que pone de manifiesto el efecto que el clima del pasado ha ejercido sobre los patrones actuales de la diversidad de anfibios en el mundo.
El pez sapo, Halobatrachus didactylus, puede erigirse en un modelo experimental idóneo para avanzar en investigaciones básicas y aplicadas en diferentes enfermedades y patologías hepático pacreáticas (cardiología, alteraciones reproductivas, toxicología, etc.). El trabajo describe por primera vez las características histológicas e inmunohistoquímicas del páncreas endocrino de esta especie.
El sapo Nectophrynoides asperginis.