La comunicación de resultados científicos es un negocio muy lucrativo y bastante desconocido para la ciudadanía. Un gigantesco oligopolio de editoriales comerciales nos vende, a precios millonarios, el acceso a los resultados de la investigación financiada con el dinero de todos. Sin embargo, este hecho apenas llama la atención del público.
Estos días hemos conocido casos de adscripción de investigadores con un alto factor de impacto a universidades de segunda fila, que buscan subir algunos escalones en la clasificación mundial. Se trata solo de una pequeña muestra de una corrupción sistémica de los indicadores de calidad académica y científica.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer bajo el lema: Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género. “Vayamos con los ojos abiertos, porque hasta que esto se corrija pasarán unos años”, advierte la directora editorial de Nature en los ámbitos de química y medicina. En esta entrevista, habla de la ética del trabajo editorial y de las discriminaciones de la inteligencia artificial.
En su nuevo libro Copyright's Broken Promise, este activista canadiense plantea una reforma de la ley de derechos de autor que garantice tanto el acceso abierto universal a la investigación, como una compensación equitativa para los editores de revistas científicas.
Las dos revistas más prestigiosas en investigación médica, The Lancet y New England Journal of Medicine, han caído de forma simultánea en el mismo error y hecho mella en la reputación de la ciencia cuando más necesaria es, durante una pandemia con cientos de miles de muertes.
Una encuesta realizada a 7.103 investigadores de EE UU y varios países europeos indica que el 67,2% comparte las conclusiones de sus estudios antes de difundirlas en revistas. Los más proclives a la divulgación previa son los investigadores sociales y los matemáticos. Las principales razones para hacerlo son obtener comentarios y atraer colaboraciones.
Potenciar la publicación de artículos científicos de alta calidad, en acceso abierto, con un coste bajo y mediante un proceso editorial gestionado exclusivamente por investigadores del mundo académico. Este es el objetivo principal de Chemistry Squared (Chem2), la primera revista científica impulsada por la asociación Science2, una entidad sin ánimo de lucro creada en la Universidad de Barcelona.
Resulta difícil encontrar argumentos en contra del open access, el sistema on line que ha revolucionado el mundo editorial y que permite un acceso inmediato –sin barreras económicas ni técnicas y sin restricciones de copyright– al contenido de las revistas científicas. Sin embargo, no todo son ventajas, y también es tema de controversia en la comunidad científica. Varios investigadores analizan los pros y los contras del también llamado 'acceso abierto'.
El papel de las revistas matemáticas ha sido fundamental en la consolidación de la comunidad científica a nivel internacional. Eso opina Francisco Marcellán, catedrático del departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M y vicepresidente de la Real Sociedad de Matemática Española (RSME). Tambiés es uno de los impulsores de la jornada Las revistas matemáticas en la conformación de una comunidad científica, que la RSME y el Instituto Interuniversitario de Investigación Avanzada sobre Ciencia y Universidad (INAECU, centro mixto UC3M-UAM) celebran el 3 de diciembre en el campus de Leganés de la UC3M
Una investigación del departamento de prensa de Science revela un mercado negro en auge de las publicaciones científicas en China, donde los investigadores están dispuestos a pagar decenas de miles de yuanes para que añadan sus nombres al trabajo de otra persona. Añadir dos nombres costaría unos 26.300 dólares.