Investigadores españoles y brasileños han desarrollado materiales nanoestructurados, basados en calcio y bario, que se pueden usar para restaurar elementos pétreos en bienes de interés cultural. Las nanopartículas reparadoras se han puesto a prueba en material de una iglesia de Corral de Almaguer (Toledo) y pinturas murales procedentes de una casa de Pompeya (Italia).
La combinación de técnicas fisiológicas y de microscopía electrónica mejora la evaluación in situ de la acción de los biocidas en las comunidades microbianas que causan el deterioro de monumentos, según revela una investigación liderada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Se trata de una técnica de análisis químico que evita extraer muestras y dañar la obra objeto de estudio. La técnica LIF (Fluorescencia Láser Inducida) se basa en recoger imágenes espaciales de fluorescencia con un sensor ICCD que cuenta con una resolución espectral de 5 mm. La fluorescencia permite identificar la naturaleza de los diferentes materiales utilizados.
Santiago Sánchez Beitia es doctor en Física e imparte clases en el primer y segundo ciclo, así como de Doctorado, en la Escuela de Arquitectura de la UPV/EHU. El equipo de investigación que dirige es pionero en el análisis de estados de conservación del patrimonio por haber adaptado técnicas de otros ámbitos de estudio para ese fin.
Un estudio hispanoalemán muestra la posibilidad de establecer controles de durabilidad en los edificios de nueva construcción, preservar el patrimonio histórico y abordar con más garantías su restauración. La investigación ofrece, además, la posibilidad de determinar la calidad de los mármoles y su origen (su “huella digital”). En el estudio colaboran las universidades de Granaday de Gottinguen (Alemania).