Las herramientas paleolíticas encontradas en el yacimiento de Korolevo quedaron enterradas hace 1,42 millones de años, según la datación de sus sedimentos mediante métodos de física nuclear. El descubrimiento arroja luz sobre la llegada de los primeros humanos a Europa y el sentido este-oeste de su viaje.
Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social han localizado estos dibujos inscritos en roca en un antiguo pueblo de Montblanc (Tarragona). El yacimiento se convierte así en uno de los más importantes de Cataluña en cuanto a registros rupestres postpaleolíticos.
Un estudio arqueogenómico realizado por investigadores de España, Suecia y Marruecos revela que, hace unos 7.400 años, pobladores europeos cruzaron el estrecho de Gibraltar y transmitieron sus conocimientos agrícolas a los cazadores-recolectores norteafricanos. Un milenio después, pastores procedentes de Medio Oriente llegaron también con su estilo de vida.
Investigadores alemanes han reconstruido productos naturales microbianos de hasta 100.000 años de antigüedad a partir del sarro dental de humanos primitivos y neandertales. Los restos de la llamada ‘Dama Roja’, encontrados en un yacimiento cántabro con un microbioma oral muy bien conservado, han tenido un papel clave en la investigación.
Un equipo de la Universidad de Córdoba ha logrado demostrar que los humanos estuvieron en esta gruta malagueña, conocida por su arte paleolítico, 10.000 años antes de lo que se creía. El grado de precisión se ha logrado mediante una técnica denominada ‘arqueología del humo’.
Dos estudios paleogenómicos con participación española reúnen datos sobre el ADN de más de 100 individuos cazadores-recolectores de Eurasia. Los resultados completan la historia de las poblaciones humanas el último período glacial, cuya supervivencia contribuyó a la continuidad genética en Europa.
Un equipo de científicos, con participación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, ha analizado los restos del yacimiento Nahal Mahamayyem Outlet, a orillas del río Jordán. Los resultados demuestran un uso intensivo de artilugios para actividades relacionadas con la carnicería en este lugar.
Hallada en 1931 en la cueva de Marsoulas, en los Pirineos franceses a 250 km del mar, esta antigua caracola llamó entonces la atención por su gran tamaño. Lejos de servir de copa para beber durante el Paleolítico superior, como se creía, una nueva investigación indica que pudo ser en realidad un instrumento único de música: el cuerno de caracola más antiguo conocido hasta la fecha del que ahora se ha registrado por primera vez su sonido.
Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha dado a conocer los resultados de las investigaciones desarrolladas en el yacimiento segoviano del Portalón del Tejadilla. Los autores han confirmado la presencia de especies adaptadas a un ambiente de extrema aridez y frío que ocupaban la meseta segoviana desde hace 39.000 hasta hace 34.000 años.
Los últimos cazadores-recolectores de la península ibérica presentaban dos ascendencias genéticas: la asociada a la cultura magdaleniense que se extendió por países como España, Francia y Alemania, y la llamada epigravetiense que se expandió desde Italia. Este doble legado también se puede rastrear en los agricultores neolíticos con los que se hibridaron después. Asi lo revela un estudio internacional liderado desde el Instituto Max Planck con muestras de individuos de hace entre 15.000 y 8.000 años.