¿Pintaron los artistas paleolíticos los animales tal y como eran? A esta pregunta daba respuesta un estudio internacional, con participación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) , que explicaba que las poblaciones de caballos salvajes del Paleolítico europeo presentaban los tres tipos de libreas representadas en el arte parietal franco-cantábrico, incluyendo el denominado 'moteado leopardo' que se presumía resultado de la domesticación acaecida milenios más tarde. La investigación apareció en la revista PNAS a finales de 2011 y dicha revista la ha seleccionado como una de las 10 “top stories” del 2011.
El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) explora los restos de dos culturas del Paleolítico Inferior que se asentaron en la cuenca de Ain Beni Matar, cerca de la ciudad de Uchda (en el noreste de Marruecos, próxima a Argelia, a unos 150 kilómetros de Melilla). En este emplazamiento, que cuando llegaron los homínidos estaba compuesto de un paisaje con ríos más caudalosos que los actuales y con una mayor pluviosidad, se desarrollaron las culturas odulvayense y achelense, industrias caracterizadas por el uso de cantos tallados y bifaces, respectivamente, y de las que se cree que una sucedió a la otra cronológicamente.
Nadie duda de la presencia vetona en Ávila. Distintos castros repartidos por toda la provincia constanan asentamientos humanos durante la Edad de Hierro. Pero hasta la fecha no se sospechaba que el ser humano pasó mucho antes por Ávila. Una prospección arqueológica realizada en el asentamiento vetón de la Mesa de Miranda, en la localidad de Chamartín, ha demostrado que los vetones, pueblo prerromano de cultura celta, habitaron estas tierras durante el Paleolítico.
Marcos Terradillos participa desde hace 12 años en las excavaciones de los yacimientos de Atapuerca, donde se han hallado los restos humanos más antiguos de Europa. Sin embargo, no son los únicos en la Meseta Norte que pueden contar algo sobre la vida de los primeros pobladores de estas tierras. Por este motivo, este doctor en Ciencias Históricas y Geografía por la Universidad de Burgos decidió centrar su investigación en el estudio conjunto de cinco yacimientos y en las herramientas que en ellos se han encontrado el Paleolítico Inferior. Las respuestas las ha buscado también en la Maya y el Basalito (Salamanca), San Quirce (Palencia) y Ambrona (Soria).
El Patronato de Altamira aprueba por unanimidad su decisión de reabrir el acceso a la cueva con el fin de “establecer las condiciones de máxima accesibilidad que simultáneamente garanticen la sostenibilidad de la cueva”.
Esta afirmación no es nueva, pero durante años antropólogos, arqueólogos e historiadores del arte entendieron estas manifestaciones artísticas como motivos puramente estéticos o decorativos. Eduardo Palacio-Pérez, investigador de la Universidad de Cantabria (UC), revela ahora los orígenes de una teoría que perdura hasta nuestros días.
Caballo pintado en el techo de polícromos de la cueva de Altamira. Época magdaleniense.
Barandiaran explica cómo uno de los equipos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) que coordina A. Tarriño está estudiando los sitios prehistóricos a los que llegó el sílex de Urbasa: desde Asturias hasta el centro del Pirineo francés. Para este experto en culturas y estratigrafía del Paleolítico Superior avanzado (15.000-10.000 a.c), las gentes del Paleolítico Superior eran tribus cazadoras y nómadas: "Cuando se dice ‘eran como nosotros’, la frase está equivocada: nosotros somos como ellos”.