Dentro y fuera de los muros de la COP25, la ambición ha dejado paso a una cierta tirantez, no solo con las organizaciones sociales y civiles, sino también entre países. Así, los que integran la UE impulsan la transición hacia una economía sostenible, mientras que los países emergentes se escudan en no avanzar. A un día de concluir la conferencia en Madrid, las negociaciones se encuentran en stand by.
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva han generado la secuencia genómica completa de la extinta cotorra de Carolina a partir de un espécimen femenino parte de una colección privada de Espinelves (Girona). La falta de señales de disminución de la población en su genoma apunta a una extinción abrupta mediada por el ser humano.
En octubre de 2018, durante una tormenta eléctrica sobre el mar de las Molucas (Indonesia), se produjeron simultáneamente dos violentos fenómenos atmosféricos: un estallido de rayos gamma terrestre y un enorme anillo de luz conocido como ‘elfo’. Justo en ese momento pasaba por encima la estación espacial internacional y registró la relación de los dos fenómenos. Los datos se publican ahora en la revista Science.
Un estudio aborda cómo el organismo hace frente a los desajustes entre los ciclos de luz y oscuridad y la disponibilidad de nutrientes. El trabajo, realizado en ratones con malformaciones congénitas en el ojo, muestra que la formación del nervio óptico influye en la adaptación metabólica a la ingesta diaria de alimentos.
Tras el anuncio ayer por la tarde del esperado European Green Deal, las reacciones no se han hecho esperar en la COP25. El objetivo de Europa es lograr la neutralidad climática para 2050 a través de una economía más sostenible. Sin embargo, los ecologistas critican que haya dejado de lado la crisis de la biodiversidad en el continente.
Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha dado a conocer los resultados de las investigaciones desarrolladas en el yacimiento segoviano del Portalón del Tejadilla. Los autores han confirmado la presencia de especies adaptadas a un ambiente de extrema aridez y frío que ocupaban la meseta segoviana desde hace 39.000 hasta hace 34.000 años.
Investigadores del los institutos ICN2 en Barcelona e ICMM en Madrid han desarrollado un nuevo material con microesferas de sílice capaz de enfriar a otro emitiendo radiación infrarroja, sin ningún consumo de energía ni emisiones de gases. Los resultados se podrán usar en dispositivos en los que un aumento de temperatura tiene efectos drásticos sobre su rendimiento, como paneles solares o sistemas informáticos.