Biólogos de EE UU han analizado cómo evolucionan algunas células sintéticas con tan solo 493 genes, el genoma mínimo más pequeño conocido de cualquier organismo de vida libre. Los resultados demuestran que la selección natural puede aumentar rápidamente la eficacia biológica de los organismos autónomos más simples.
Un estudio donde participa el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (CSIC) aborda la transmisión de microorganismos entre la madre y su bebé en comunidades no occidentales en comparación con la de zonas industrializadas. También analiza el papel de la alimentación materna en la composición del microbioma infantil.
Un equipo de investigación de la Universidad de Geociencias de Wuhan, en China, ha encontrado fósiles similares a algas fotositentizadoras que vivieron en épocas de congelación global. Los resultados sugieren que existieron refugios oceánicos donde la vida en la Tierra pudo perdurar.
El asteroide que cayó en la Península de Yucatán en México hace 66 millones de años provocó un cráter de 180 km de diámetro y un evento de extinción a final del Cretácico. La vida de los organismos del fondo marino del cráter recuperó su abundancia y diversidad en tan ‘solo’ 700.000 años, según un nuevo estudio. La productividad biológica fue clave en el proceso.
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha analizado los patrones globales de las comunidades bacterianas que habitan en los suelos en 21 países diferentes, utilizando por primera vez secuencias de ADN del suelo. Los resultados permiten catalogar estos organismos y proporcionan información para responder a desafíos globales como el cambio climático.
Algas unicelulares, krill y otros crustáceos diminutos huyen de la luz atmosférica para evitar a los depredadores en las gélidas aguas del océano Ártico. Un equipo de científicos ha descubierto que a partir de los 30 metros de profundidad estos organismos, protagonistas de #Cienciaalobestia, alumbran la oscuridad continua de las noches polares.
Favosipora purpurea, una de las nuevas especies de briozoos descubierta en la isla de Madeira. / Javier Souto et al.
La isla portuguesa de Madeira es considerada un punto caliente de diversidad de briozoos, organismos coloniales principalmente marinos. Sin embargo, no se había empezado a documentar la fauna de estos pequeños animales hasta hace poco. Ahora, un equipo de científicos españoles y portugueses ha descubierto dos nuevas especies de briozoos y otra que, hasta el momento, solo se había encontrado en aguas de Rio de Janeiro (Brasil).
Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha descubierto un gran ecosistema de organismos extremófilos a 150 metros de profundidad en la mina sevillana de Las Cruces.
La bioluminiscencia marina es la capacidad de numerosos organismos marinos de emitir luz a partir de reacciones químicas. Observaciones del telescopio submarino Antares han permitido que un equipo de científicos relacione este fenómeno lumínico en las profundidades oceánicas con el hundimiento de aguas densas.