Alexandra Cousteau, en una visita reciente a la sede de OCEANA en Madrid. / Olmo Calvo / Sinc
El explorador francés Jacques-Yves Cousteau llevó a su nieta Alexandra a comprar vestidos y tomar chocolate en París, como cualquier abuelo. Pero también la inspiró con sus expediciones oceánicas y sus películas. La activista lucha ahora junto a OCEANA para que los mares, saturados de plásticos, no se vacíen de peces.
Los residuos plásticos liberan hasta 23.600 toneladas métricas de carbono orgánico disuelto en el agua cada año, según han concluido científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La mayor parte de estos compuestos orgánicos es consumida rápidamente por las bacterias.
Tras décadas de incertidumbre, los científicos por fin han resuelto el misterio del tiburón vaca de ojos grandes que puede encontrarse en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Un nuevo estudio confirma que los ejemplares del Atlántico –en aguas de Florida, Cuba y Bahamas– son en realidad una especie diferente y nueva para la ciencia. Estos escualos son protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.
La reducción del pH en aguas profundas afectará en 30 años a los corales de aguas frías, que son la base de ecosistemas milenarios. Esta es una de las conclusiones de un estudio en el que participa el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC), que advierte además que la circulación de retorno meridional del Atlántico también podría exportar estas aguas profundas acidificadas hacia el sur, extendiendo aguas corrosivas al océano mundial.
Los arrecifes de todo el mundo están acorralados por el calentamiento global, según un nuevo estudio publicado en la revista Science. El trabajo, que ha medido por primera vez las tasas de blanqueamiento de corales en las últimas cuatro décadas, prueba que cada vez se repiten con más frecuencia los intervalos en los que ocurre este fenómeno.
En 2100 los océanos retendrán unas 310 gigatoneladas de dióxido de carbono generadas por la actividad humana, una cantidad suficiente como para disparar el inicio de la sexta extinción en masa que se producirá en los próximos miles de años. Esta es la conclusión a la que ha llegado un investigador estadounidense que ha asociado las perturbaciones que se han producido en el ciclo de carbono durante los últimos 542 millones de años con las cinco extinciones en masa anteriores.
Hace entre 116.000 y 129.000 años tuvo lugar la última interglaciación, una de las épocas más calurosas de la historia reciente de la Tierra. Por aquel tiempo, los niveles del mar eran de seis a nueve metros más elevados que los actuales. Un estudio revela datos preocupantes: la temperatura superficial marina de aquella época era similar a la de hoy.
La actual crisis de la fauna oceánica es diferente de las cinco grandes extinciones que han ocurrido en la Tierra en los últimos 550 millones de años. Ahora, cuanto mayor sea el animal, más riesgo de extinción corre porque sus ejemplares están más valorados para el consumo humano. Con estas nuevas pruebas, los científicos reclaman un cambio en los tratados de caza y pesca para frenar la sexta extinción en masa.