Cuando la medusa Rhizostoma luteum fue descubierta a principios del siglo XIX en aguas del Estrecho de Gibraltar solo se identificaron nueve ejemplares. Durante años pasó tan desapercibida que ya en el siglo XX estuvo seis décadas sin aparecer. Un equipo de científicas confirma ahora con la ayuda de una iniciativa ciudadana que en realidad no es tan difícil de ver como se creía.