Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU) han desarrollado un dispositivo capaz de identificar proteínas del SARS-CoV-2 mediante polímeros asociados a nanotubos de carbono. Se trata de una técnica rápida que no requiere usar anticuerpos u otros reactivos.
Investigadores de IMDEA Nanociencia y otros centros españoles han logrado encapsular las llamadas ‘moléculas de espín cruzado’ dentro de nanotubos de carbono. Estas moléculas pueden cambiar su espín mediante estímulos como la temperatura, un hecho relevante para el desarrollo de dispositivos espintrónicos y en nanoelectrónica.
Científicos europeos y de China han diseñado un experimento que simula la formación de diminutas y efímeras balsas lipídicas en la membrana celular sustituyendo una proteína transmembrana por un nanotubo de carbono. Así han descubierto un nuevo papel del colesterol que puede ayudar a comprender el desarrollo inicial de algunas enfermedades, como la de Creutzfeld-Jacob o el SIDA.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas han desarrollado unas nanocápsulas de carbono y samario que destruyen células tumorales de forma localizada. Estos nuevos nanomateriales se han probado con éxito en ratones y podrían aplicarse en radioterapia en el futuro.
Investigadores de IMDEA Nanociencia han desarrollado una función físicamente no clonable (PUF, por sus siglas en inglés) basada en nanotubos de carbono para su aplicación en sistemas antifraude incorporados en circuitos electrónicos. Se trata de nanodispositivos con un patrón de conductancia único, extraordinariamente difícil de duplicar, que se puede traducir en bits de información.
Investigadores del CSIC han logrado crear una celulosa con bacterias sintetizadas en laboratorio que convierte el calor residual en energía eléctrica. Estos dispositivos podrían usarse en sensores para internet de las cosas, en tecnología wearable y aislamiento térmico inteligente, entre otras aplicaciones.
Investigadores de varias universidades andaluzas han ideado una forma de integrar nanotubos de carbono en vigas y estructuras de hormigón, lo que puede ayudar a controlar el deterioro de las grandes infraestructuras públicas. El avance se enmarca dentro del diseño de nuevas estructuras inteligentes capaces de dar información sobre su estado estructural en tiempo real.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han comprobado la mayor capacidad de las nanopartículas para el estudio de otras de su mismo tamaño en muestras ambientales, agroalimentarias y clínicas. El trabajo presenta ejemplos en los que se observa la determinación de nanomateriales usando estas herramientas nanoscópicas como los nanotubos de carbono.
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han perfeccionado con nanotubos de carbono las propiedades mecánicas y de conductividad eléctrica del polímero poli(éter imida). Este compuesto se emplea en la fabricación de piezas para aviones.
Un equipo de ingenieros de la Universidad de Stanford ha creado un ordenador construido enteramente con transistores de nanotubos de carbono. Aunque es muy básico, el dispositivo incluye un sistema operativo y es capaz de realizar múltiples tareas. Los responsables del proyecto, cuyos resultados se publican en Nature, ven en esta tecnología una alternativa prometedora al silicio en la construcción de los ordenadores del futuro.