Especies arbustivas tan típicas de la cuenca mediterránea como el brezo o la estepa han disminuido su presencia en el Cabo de Creus (Girona) y tienden a desaparecer, debido a la elevada frecuencia de incendios, que está provocando un cambio en la vegetación de la zona y una simplificación en su estructura. Así lo ha confirmado un equipo de investigadores del Departamento de Biología Animal, Vegetal y Ecología de la Universitat Autònoma de Barcelona y del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, que ha llevado a cabo el primer estudio realizado en la región mediterránea sobre los efectos que los incendios continuados -hasta cinco en los últimos 30 años en una misma zona- tienen en la composición de las especies vegetales.
Una tesis doctoral realizada por Gema Martínez-Méndez, investigadora del Institut de Ciència i Tecnología Ambientals (ICTA) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) sobre la corriente de Agulhas, que transporta aguas cálidas desde el Océano Índico tropical hacia el extremo sur de África, aporta, por primera vez, evidencias a favor de la hipótesis que las fugas de aguas de esta corriente hacia el Atlántico pueden afectar al clima en Europa. Los datos oceánicos actuales no han permitido verificar hasta ahora si la conexión entre la Corriente de Agulhas alrededor de Sudáfrica y el clima europeo existe en realidad. La investigadora del ICTA ha sido premiada por sus aportaciones en la última reunión de la American Geophysical Union (AGU).
La directora general de la Oficina Española de Cambio Climático Alicia Montalvo ha presentado las conclusiones del proyecto @O2, una iniciativa del Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR) que ha suscrito 23 medidas para dar en España una respuesta eficaz al cambio climático antes de 2020.
Unos 140 hoteles españoles están certificados de acuerdo al sistema europeo de certificación medioambiental EMAS, que obliga a informar públicamente sobre su política y comportamiento ambiental. Sin embargo, investigadoras de la Universidad Rey Juan Carlos I han demostrado que sólo el 0,9% de los hoteles informa sobre la emisión de gases de efecto invernadero, el 1,7% lo hace sobre las emisiones de CO2 y ninguno de ellos ofrece datos del impacto que tienen sobre la biodiversidad ni del destino de sus residuos.
En 2001 Francesc Prenafeta, actual investigador del GIRO Centro Tecnológico, aisló uno cepa de un hongo del género Cladophialophora para estudiar su capacidad de asimilar hidrocarburos aromáticos. Ahora, un estudio ha determinado que esta cepa pertenece a una nueva especie a la que han dado el nombre de Cladophialophora immunda.
La dependencia al petróleo que sufren los agricultores aumenta cada día por el uso de maquinaría pesada y la propia composición de ciertos fertilizantes. Pero existen prácticas agrícolas más rentables y sostenibles. Todavía desconocida para mucha gente, la agricultura de conservación podría ser una solución que diversifica las técnicas para un mejor uso del suelo.
El objetivo general de este proyecto llamado DEBIPOL y apoyado por el Ministerio de Medioambiente, Medio Rural y Marino, es desarrollar y optimizar procesos que aceleren el proceso de degradación de los residuos de plásticos, a través de su degradación biológica, como una ayuda viable a la gestión de los residuos en los vertederos. En concreto, un equipo de científicos está trabajando con plásticos de uso común relacionados con la industria alimentaria (bolsas de plástico de polietileno y envases) y que suponen una agresión medioambiental.
El centro tecnológico AZTI-Tecnalia coordina la nueva Plataforma Tecnológica Española para impulsar la utilización del pez cebra en investigaciones científicas relacionadas con la salud humana y la biotecnología, entre otras materias. La plataforma, denominada DareNET, cuenta el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Programa Nacional de Redes y está coordinada por un Consejo Gestor conformado por AZTI-Tecnalia, el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD-CSIC), el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) y las empresas ZF BIOLABS y BIOBIDE.
Investigadores del CSIC demuestran que el uso combinado de compost de los residuos obtenidos de la molturación de la aceituna (alpeorujo) y estiércol mejoran las propiedades de los suelos agrícolas con alto contenido en sales. La mejora es de especial interés para suelos regados con aguas de baja calidad en zonas con lluvias escasas, como el área Mediterránea. El cultivo de acelgas y col es el más recomendable para estos suelos, por su tolerancia a la salinidad.