La elevada frecuencia de incendios cambia la vegetación del Cabo de Creus

El fuego es un elemento presente en muchos ecosistemas y ha sido utilizado desde siempre para modelar comunidades vegetales y paisajes en cualquier parte del mundo. Pero el régimen de incendios -extensión, frecuencia, intensidad y estacionalidad- puede influir significativamente en la regeneración de las especies vegetales, produciendo un cambio en la composición de la vegetación.

El efecto de la frecuencia de incendios sobre la vegetación había sido investigado previamente en situaciones de baja frecuencia. Pero el trabajo de los investigadores Albert Vilà, Sandra Saura y Francisco Lloret, que ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es el primero de Europa que estudia “in situ” el efecto de frecuencias de hasta cinco fuegos consecutivos sobre la vegetación mediterránea y que ha permitido constatar científicamente lo que hasta ahora sólo se conocía a nivel teórico: que una elevada frecuencia de incendios reduce drásticamente la capacidad regenerativa de algunas especies arbustivas de la cuenca mediterránea, que podrían llegar a desaparecer si continúa la misma recurrencia de fuegos. Este hecho acaba produciendo una simplificación de la estructura de la vegetación, que se ve potenciada por el predominio de las especies herbáceas, con más capacidad de regeneración que las arbustivas.

Para hacer el estudio, los investigadores identificaron una superficie de 1200 hectáreas situada al este del Cabo de Creus, que había sufrido hasta cinco incendios en los últimos treinta años, y seleccionaron parcelas, en función del número de incendios registrados en cada una (de uno a cinco). En cada parcela estudiaron las especies arbustivas y herbáceas presentes, agrupadas en función de su estrategia regenerativa: rebrotadoras (a partir de las raíces o los tallos que sobreviven al incendio), germinadoras (a partir de las semillas que quedan enterradas) y rebrotadoras/germinadoras (que se pueden reproducir tanto de una manera como de otra).

Los resultados obtenidos indican que los dos primeros tipos de especies, rebrotadoras y germinadoras, son las más afectadas por una mayor recurrencia de incendios, mientras que las rebrotadoras/germinadoras son las que se regeneran más fácilmente. Los investigadores destacan los casos de especies rebrotadoras como el brezo (Erica arborea), que acaban agotando el banco de meristemos, tejido vegetal de tipo embrionario, y las reservas de nutrientes almacenados; o de arbustos germinadores como las estepas (Cistus sp.), que se ven favorecidas cuando sufren un o dos incendios, pero que desaparecen bajo frecuencias de cuatro y cinco fuegos. Sin embargo, otras especies rebrotadoras/germinadoras como la aulaga negra (Calicotome spinosa) no se ven afectadas por el hecho de sufrir incendios sucesivos, lo que favorece su predominio relativo sobre el resto de especies.

Frente las arbustivas, las especies herbáceas, principalmente el lastón (Brachypodium retusum), se ven mayoritariamente favorecidas por una elevada frecuencia de incendios y van ganando presencia de manera continuada, debido a que no han de competir tan intensamente con las especies arbustivas tras el fuego y a que tienen un ciclo de vida más corto que les permite regenerarse rápidamente.

Los investigadores consideran que los resultados obtenidos en el Cabo de Creus pueden extrapolarse a otras zonas de la cuenca mediterránea, donde los intensos cambios en los usos del suelo y el aumento del riesgo de fuego causado por el cambio climático están modificando el régimen de incendios, y servir para mejorar la gestión de los espacios naturales mediterráneos.

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Referencia bibliográfica:

“Effects of fire frequency on species composition in a Mediterranean shrubland”. A. Vilà-Cabrera, S. Saura-Mas & F. Lloret. Écoscience 15(4), 519 - 528 (2008).