Mediante diferentes técnicas que capturan la variación de fluidos, un equipo estadounidense ha grabado las diferencias visibles entre utilizar una mascarilla N95 con válvula, otra sin válvula y no utilizar mascarilla.
Varias comunidades españolas sufren un acusado aumento de casos. La física de la Universitat Politècnica de Catalunya, que analiza las cifras de infecciones cada día, explica que cuanto más se tarda en intervenir, más cuesta frenar su expansión. Además, según sus estudios, urge comunicar mejor cuándo es indispensable la mascarilla: la llevamos al aire libre, pero nos la quitamos en interiores, donde el riesgo aumenta.
Son biodegradables, lavables, con una capacidad de filtración 10 veces mayor que los materiales normales, certificadas FFP2 y se pueden usar durante días. Las nuevas mascarillas han sido patentadas por un equipo del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria y por la empresa Bioinicia.
El estudio más completo hasta la fecha ha permitido analizar por primera vez toda la evidencia disponible sobre las mascarillas, la distancia física y la protección de los ojos en sanitarios y la población general. Los 172 estudios revisados muestran que estas medidas, aunque no ofrecen una protección completa, sí impiden la propagación del SARS-CoV-2 si se combinan con la higiene de manos.
Un equipo de Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC está desarrollando materiales biodegradables y viricidas para fabricar dispositivos sanitarios reutilizables de alta protección en la crisis sanitaria por la pandemia de la COVID-19. Uno de los objetivos es la obtención de filtros con certificación FFP2 y FFP3 para mascarillas y respiradores.
Un estudio con nueve pacientes con síntomas leves publicado esta semana en Nature analiza la replicación del coronavirus en el tracto respiratorio superior. Los resultados muestran que se alcanzan concentraciones muy altas con rapidez en la garganta. Los investigadores consideran que esto puede explicar la pérdida de olfato y gusto por parte de algunos infectados. También consideran que sus datos “justifican” estrategias protectoras como las mascarillas.