Tras un primer acercamiento a Mercurio a través de la sonda BepiColombo, un equipo internacional de investigadores ha podido reunir los datos suficientes para determinar que los mecanismos que provocan las auroras en las magnetosferas planetarias podrían ser los mismos en todo el sistema solar. Los resultados se recogen en un artículo publicado por Nature Communications.
Después de décadas de investigación, científicos japoneses han logrado observar la cadena de eventos que originan las auroras que imiten luz pulsante en las regiones polares. Con la ayuda del satélite ERG se ha comprobado que unas ondas electromagnéticas, llamadas ondas de coro, dispersan a los electrones atrapados en la magnetosfera, que acaban precipitándose en la atmósfera iluminando el cielo de forma intermitente.
Los científicos pensaban que las poderosas auroras de Jupiter se parecerían a las auroras más potentes que se observan en las regiones polares de la Tierra, pero los datos de la sonda Juno de la NASA revelan que no es así. Los electrones acelerados que intervienen en este fenómeno se mueven de forma inesperada en el gigante gaseoso y los procesos implicados tampoco están nada claros.
Efectos del viento solar en las magnetosferas de Venus y la Tierra.