Aunque ya se había detectado agua en lugares muy sombríos de la Luna, un Boeing 747 reconvertido en observatorio estratosférico de la NASA la ha descubierto en la superficie iluminada por el Sol. El hallazgo puede ser relevante para las futuras misiones tripuladas a nuestro satélite.
Esta astrofísica combina la investigación en contaminación espacial con la preparación para convertirse en astronauta. También realiza labores de protección medioambiental, así como de divulgación en entornos desfavorecidos. Un buen ejemplo de ello es El libro de la Luna, su última publicación, que reúne mitos, leyendas y el conocimiento que tenemos sobre este astro.
Aunque en la Tierra se han borrado sus huellas por la erosión, hace unos 800 millones de años se produjo un bombardeo de meteoritos con una masa total unas 30 a 60 veces mayor que la del asteroide que acabó con los dinosaurios. Investigadores japoneses lo han deducido tras analizar 59 cráteres lunares con la sonda Kaguya y usar datos de las misiones Apolo.
El rover chino Yutu-2, que desde hace un año recorre la cara oculta de la Luna, ha penetrado con su radar hasta los 40 metros de profundidad para desvelar lo que se esconde bajo la superficie: materiales granulares y muy porosos con rocas de diferentes tamaños, fruto de los impactos que ha sufrido nuestro satélite.
Los módulos que las grandes agencias espaciales tienen previsto levantar en la Luna podrían incorporar un elemento aportado por los propios colonizadores humanos: la urea de su pis. Investigadores europeos han comprobado que se podría utilizar como plastificante en el hormigón de las estructuras.
Las futuras colonias de nuestro satélite o de Marte podrán cultivar vegetales gracias al trabajo de biólogos como este español del CSIC, que acaba de recibir un premio de la NASA. “No se podrán lanzar semillas a la superficie y esperar a que crezcan”, aclara. Tendrán que desarrollarse en invernaderos, después de superar los daños generados por la ausencia de gravedad.
La luna llena de enero brillará un poco menos este viernes cuando atraviese la zona de penumbra de la Tierra. Este eclipse penumbral tendrá su máximo a las 20:08 (hora peninsular española) y será el primero de un año que acabará con un espectacular eclipse total de sol visible desde Sudamérica en diciembre.
El detector espacial LISA de ondas gravitacionales, el telescopio Athena para astrofísica de altas energías, la misión Hera para desviar asteroides, la estación espacial Gateway que orbitará la Luna, una iniciativa para traer muestras de Marte, nuevos satélites de la red 5G… En la próxima década la Agencia Espacial Europea participará en todos estos proyectos gracias al presupuesto de 14.400 millones de euros aprobado esta semana en Sevilla.
Ilustración de la estación Geteway orbitando la Luna con el módulo de servicio Orión acoplado (a la derecha). / ESA/NASA/ATG Medialab