Este jueves la nave espacial Juno de la NASA ha sobrevolado Europa, la gélida luna de Júpiter. Bajo su gruesa corteza de hielo se piensa que hay un océano salado, lo que suscita preguntas sobre su capacidad para albergar vida. Las imágenes y datos que ha tomado la sonda ayudarán a conocer mejor este satélite y preparar futuras misiones.
Cielo visto desde el centro de España al amanecer del 24 de junio de 2022. / ROM (IGN)
Tras analizar lo que ocurre en la capa de hielo de Groenlandia, investigadores de la Universidad de Stanford plantean la existencia de agua líquida poco profunda bajo la gélida superficie de Europa. Este satélite de Júpiter es uno de los principales candidatos para encontrar vida fuera de la Tierra en el sistema solar.
La Gran Mancha Roja de Júpiter tiene más de 350 km de profundidad y los ciclones polares de este gigante gaseoso apenas cambian de posición con el tiempo. Esta semana se han presentado estos y otros hallazgos de la misión Juno de la NASA.
Mañana está previsto que se realice desde Cabo Cañaveral el lanzamiento de Lucy, la primera misión de la NASA a los troyanos de Júpiter. Su objetivo será entender cómo se formaron los planetas de nuestro sistema solar, hace unos 4.500 millones de años, y por qué evolucionaron a su configuración actual.
Durante la primera quincena de este mes se puede observar durante toda la noche a Saturno, que este 2 de agosto está en oposición respecto al Sol, y a Júpiter, saliendo por el este al anochecer y poniéndose por el oeste al amanecer.
Astrónomos planetarios han observado por primera vez el mecanismo al completo de cómo suceden y funcionan estas auroras. Plantean que este proceso también podría estar ocurriendo en otras partes del sistema solar, como Urano o Saturno, o incluso en exoplanetas.
La disponibilidad relativa de agua en las atmósferas de Venus y la mayoría de los planetas del sistema solar es tan baja que no podrían vivir ni los organismos adaptados a los ambientes más extremos de la Tierra. Solo lugares excepcionales como la masa nubosa de Júpiter abren esa posibilidad, aunque existen factores limitantes como la disponibilidad de nutrientes y la radiación, según un estudio europeo con participación española y de la NASA.
Las noches estivales invitan a buscar cielos oscuros y dirigir nuestra mirada hacia las estrellas y los planetas. En 2021 se podrá observar a simple vista a Júpiter, Saturno, Venus, Marte e incluso Mercurio si el horizonte está despejado, y la lluvia de las perseidas se verá especialmente bien. La Luna, las constelaciones y la franja blanquecina de nuestra Vía Láctea completarán el espectáculo astronómico.