Un nuevo estudio, liderado por por científicos del EE UU y del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, ha utilizado modelos computacionales para reconstruir el cráneo de una especie de gran simio, cuyos restos se encontraron en el vertedero de un municipio barcelonés. Este homínido basal, denominado Pierolapithecus catalaunicus, puede ser clave para comprender la evolución de los grandes simios y los humanos.
Molar inferior de 'Gigantopithecus blacki' estudiado con un tamaño de 13 milímetros. / Wei Wang, Theis Jensen.
Paisaje del área que rodea la cueva Chuifeng (China) donde fue encontrado el fósil. / Wei Wang
Un estudio, con participación española, ha recuperado la evidencia molecular más antigua sobre la evolución de los homínidos gracias a la reconstrucción de las proteínas del esmalte de un molar fósil del simio gigante extinto Gigantopithecus blacki de dos millones de años de antigüedad. Su análisis ha logrado resolver la duda de si perteneció o no al linaje humano.
Un cráneo notablemente completo de hace 3,8 millones de años revela cómo era el rostro de la especie de australopitecos más antigua conocida: Australopithecus anamensis. Los científicos hallaron el fósil en Woranso-Mille (Etiopía) y, por su morfología, creen que tenía rasgos distintos a la Australopithecus afarensis Lucy, especie con la que habría convivido durante unos 100.000 años.
El análisis de dientes fósiles pertenecientes a dos individuos de Australopithecus africanus, hallados en una cueva sudafricana, desvela que las crías de estos homínidos extintos eran amamantadas con leche materna de manera exclusiva durante casi el primer año de vida. En los años posteriores, seguían lactando a demanda cuando había escasez de alimentos.
Los grandes carnívoros del Pleistoceno tenían entre su dieta a los homínidos. Un estudio liderado por el Museo Nacional de Historia Natural de Francia ha analizado las marcas de dientes de un fémur encontrado en una cueva de Casablanca (Marruecos) y ha hallado la primera evidencia de que eran cazadores y presa a la vez.
Los científicos habían demostrado que los neandertales y los humanos modernos se aparearon fuera de África hace alrededor de 47.000 y 65.000 años. Sin embargo, un estudio con diferentes métodos de análisis de ADN ha identificado un cruce mucho más temprano: hace unos 100.000 años en Siberia, decenas de miles de años antes de los documentados hasta ahora.
Los nuevos estudios se centran exclusivamente en las manos y los pies del Homo naledi. Peter Schmid y William Harcourt Smith / Wits University
Parte de la mandíbula izquierda de Australopithecus deyiremeda encontrada en Etiopía. / Yohannes Haile-Selassie