Estos mamíferos, protagonistas del #Cienciaalobestia, pueden habitar en altitudes de entre 3.000 y 6.000 metros en entornos con poco oxígeno gracias a su genética. Si se viviera en estas condiciones durante mucho tiempo, otros animales –al igual que los humanos– podrían experimentar problemas pulmonares y cardíacos graves.
Las habilidades de estos pequeños roedores, protagonistas del #Cienciaalobestia, abruman hasta a los científicos. Además de ser tolerantes al dolor, resistentes al cáncer y longevas, estas ratas topo desnudas son capaces de sobrevivir unos minutos sin oxígeno activando un novedoso mecanismo para termorregularse rápidamente en caso de hipoxia, según un nuevo estudio.
Investigadores españoles muestran cómo el sodio controla la señalización hipóxica por la cadena respiratoria mitocondrial. El estudio, publicado en Nature, es clave para avanzar en el conocimiento de la fisiología celular y podría ser usado para futuras terapias en el tratamiento de patologías en las que está involucrada esta deficiencia de oxígeno en la sangre.
El ejercicio físico de alta intensidad combinado con un estímulo hipóxico permite optimizar la composición corporal y los parámetros sanguíneos. Esta mejora se centra en la reducción de la grasa corporal así como el aumento de la masa muscular y la concentración de hemoglobina y hematocrito.
Científicos españoles han estudiado los efectos del ejercicio en altura, en concreto, las adaptaciones musculares y cardiacas que se producen. Los expertos concluyen que el entrenamiento hipóxico es beneficioso incluso en condiciones clínicas como enfermedad de las arterias coronarias y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En los últimos siete años ha surgido un gran interés en el estudio de la posible relación entre la apnea obstructiva del sueño (AOS) y su más inmediata consecuencia, la hipoxia intermitente, con la aparición de tumores. Un equipo de científicos internacional, con participación española, ha realizado una investigación que revisa todos los estudios en modelos animales sobre la relación entre apnea y cáncer, confirmando la relación entre ambos.
Investigadores del CNIC muestran la importancia fundamental de la ruta de respuesta a hipoxia para la formación de los ventrículos del corazón. El estudio abre nuevas oportunidades de intervención terapéutica para mejorar la función cardíaca en distintos tipos de patología cardiovascular como el infarto de miocardio.
Una investigación de la Universidad de Valladolid revela que la edad protege de los efectos nocivos producidos por la hipoxia intermitente crónica, típica de la apnea del sueño. Este tipo de hipoxia –falta de oxígeno– no genera signos clínicos fácilmente visibles en las personas mayores, lo que dificulta su diagnóstico. Sin embargo, pese a ser más frecuente en sujetos de edad avanzada, el cuadro clínico es menos nítido, y esto dificulta el diagnóstico en las personas mayores.
La mirada afable de Sandra Bernaldo de Quirós Fernández no le resta firmeza cuando explica que siempre supo que quería dedicarse a la investigación sobre el cáncer y que está dispuesta a trabajar en el extranjero para conseguirlo. Esta joven bióloga, que acaba de importar del Wellcome Trust Sanger Institute de Cambridge una técnica novedosa para la investigación oncológica, explica sus primeras contribuciones al conocimiento sobre el cáncer de cabeza y cuello.
Para hacer frente a situaciones de hipoxia –deficiencia de oxígeno– que puede sufrir la tripulación en pleno vuelo existen entrenamientos que los recrean. Un grupo de pilotos e ingenieros de las Fuerzas Armadas que realizó este programa de instrucción mostró una actividad ocular diferente respecto a otro conjunto de pilotos que no participó en el entrenamiento, lo que significa que la velocidad de los movimientos oculares podría ser un síntoma de esta deficiencia.