Hace unos 125.000 años, durante el último periodo interglaciar, el nivel del mar era al menos cuatro metros más elevado que en la actualidad, pero en ese periodo las temperaturas eran similares a las que se prevén a finales de siglo XXI. Un equipo estadounidense ha analizado el estado y el comportamiento de los casquetes de hielo de ambos polos en el pasado y concluye que el hielo de Groenlandia es más estable de lo que se pensaba y el de la Antártida más inestable.
Una investigación estadounidense revela que los aviones, cuando atraviesan nubes con agua líquida por debajo del punto de congelación, favorecen la creación de cristales de hielo que se transforman en nieve. Según los expertos, este fenómeno podría aumentar las nevadas en los grandes aeropuertos, aunque, en principio, no influye en el clima global.
Conjunto de alerces subalpinos (Larix lyallii) situados cerca del pico Oval, en el lago Chelan-Sawtooth Wilderness (Washington).
El planeta enano Haumea brilla con hielo cristalino
El Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO por sus siglas en inglés) ha descubierto depósitos de hielo seco en el Polo Sur con grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) lo que sugiere que la capa que envuelve a Marte podría haber tenido mayor grosor y polvo en otra época.
Los investigadores utilizaron la avioneta Twin Otter, equipada con cuatro antenas, para realizar las mediciones.
Los datos generados por la misión CryoSat de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya están disponibles de forma gratuita para la comunidad científica. Esta información ayudará a comprender mejor el papel que juega el hielo en la regulación del clima de la Tierra.
El sistema de drenaje interno de la capa de hielo que cubre Groenlandia evita que se acelere el flujo hacia los océanos durante los veranos calurosos. Así lo revela una investigación europea publicada hoy en Nature. Sin embargo, los científicos niegan que la región helada esté “a salvo” del cambio climático.