Hace unos 125.000 años, durante el último periodo interglaciar, el nivel del mar era al menos cuatro metros más elevado que en la actualidad, pero en ese periodo las temperaturas eran similares a las que se prevén a finales de siglo XXI. Un equipo estadounidense ha analizado el estado y el comportamiento de los casquetes de hielo de ambos polos en el pasado y concluye que el hielo de Groenlandia es más estable de lo que se pensaba y el de la Antártida más inestable.
Un equipo de científicos estadounidenses revelan en la revista Science los patrones del derretimiento del hielo durante el último período interglaciar: el hielo de Groenlandia podría haber sido más estable de lo que muchos pensaban, y el hielo de la Antártida más inestable.
“La región occidental de la Antártida probablemente fue mucho menor de lo que es ahora, con una mayor subida del nivel del mar de lo que pensaban los científicos. Si la región occidental de la Antártida se desmoronó, significa que es más inestable de lo que esperábamos”, afirma Anders Carlson, coautor e investigador en Ciencias Geológicas de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU).
Pero, ¿qué proporción de hielo se fundirá y contribuirá a subir el nivel del mar a finales de siglo? Para los científicos siguen existiendo grandes variaciones, de unos centímetros a varios metros.
“El casquete polar de Groenlandia se funde cada vez más rápido”, explica Carlson. “Está claro que necesitamos desentrañar cómo funcionaron las cosas anteriormente y cuál ha sido la respuesta del hielo en épocas pasadas ante veranos más calurosos que el actual”, añade.
¿Cómo se comportaron los casquetes?
Dónde se funde el hielo, y a qué velocidad es la mayor fuente de incertidumbre para predecir las subidas del nivel del mar causadas por el cambio climático. La razón: existen variables desconocidas y restricciones físicas para calcular las masas de hielo.
El equipo de investigación intentó encontrar una forma de delimitar dónde permaneció inalterado el hielo en Groenlandia durante el último período interglacial para definir con más precisión el comportamiento de los casquetes de hielo y mejorar las previsiones para el futuro.
Los investigadores analizaron muestras del fondo oceánico extraídas de una región situada al sur del extremo meridional de Groenlandia, que recibe sedimentos arrastrados por las corrientes de aguas formadas por la fusión del casquete polar.
Utilizaron distintos patrones de isótopos radiogénicos para identificar los orígenes de los sedimentos, cuyos patrones muestran qué terrenos seguían bajo el hielo en aquellos momentos.
“Si la tierra se deshiela, se pierden esos sedimentos”, señala Carlson. Sin embargo, todos los terrenos seguían aportando sedimentos durante el último período interglaciar, por lo que aún tenían encima una cubierta de hielo.
“La extensión del casquete de hielo se redujo hasta ocupar una extensión menor a la actual, y el nivel del mar subió con toda seguridad, y siguió fundiéndose durante el período más caluroso”, apunta el científico. Pero el análisis de los sedimentos indica que “el casquete de hielo parece ser más estable que algunos de los parámetros de retroceso más elevados presentados por los expertos”.
El equipo evaluó además varios modelos ya elaborados de la fusión del casquete de hielo de Groenlandia durante el último período interglaciar. Los modelos con los nuevos hallazgos indican que el derretimiento del hielo de Groenlandia causó un aumento del nivel del mar de entre 1,6 y 2,2 metros. El resto se debe al deshielo del casquete polar antártico.
Referencia bibliográfica:
Elizabeth J. Colville, Anders E. Carlson, Brian L. Beard,1 Robert G. Hatfield, Joseph S. Stoner, Alberto V. Reyes, David J. Ullman. “Sr-Nd-Pb Isotope Evidence for Ice-Sheet Presence on Southern Greenland During the Last Interglacial”, Science vol 333, 29 de julio de 2011.