La puesta de huevos obliga a las gallinas a movilizar diariamente un 10 % del calcio de su esqueleto y la descalcificación de los huesos hace que tengan fracturas óseas frecuentes. Los conocimientos adquiridos en esta investigación se podrán aplicar también para reducir la incidencia de problemas óseos en humanos.
En la Unión Europea los huevos llevan un código que comienza por 0, 1, 2 o 3 dependiendo de si las gallinas son de producción ecológica, camperas, criadas en suelo o en jaula, respectivamente. Ahora investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela han desarrollado una técnica para distinguirlos con un 100 % de exactitud analizando los lípidos de la yema. El método ya está disponible para detectar fraudes.
En los últimos años, la producción de huevos ha estado en el punto de mira por cuestiones de bienestar animal. Mientras que en la mayoría de los países europeos se incrementa el número de explotaciones con gallinas camperas, en España el 93% de las ponedoras sigue enjaulada. A esto se suman los efectos que la industria genera en el medioambiente. Un equipo de científicos españoles revela el coste medioambiental de la producción de huevos en una granja tipo en España.