La puesta de huevos obliga a las gallinas a movilizar diariamente un 10 % del calcio de su esqueleto y la descalcificación de los huesos hace que tengan fracturas óseas frecuentes. Los conocimientos adquiridos en esta investigación se podrán aplicar también para reducir la incidencia de problemas óseos en humanos.
La Universidad de Granada participa en un proyecto de investigación que analiza el desarrollo de un tipo de osteoporosis severa que afecta a las gallinas ponedoras de huevos. La puesta de huevos y, en particular la formación de la cáscara, son procesos muy costosos para el organismo de la gallina.
Las gallinas ponedoras necesitan movilizar dos gramos de calcio para formar la cáscara del huevo, lo que equivale a un 10% del calcio total de su esqueleto que deben reponer a diario. Esto provoca que desarrollen una forma de osteoporosis severa, con una alta incidencia de fracturas óseas.
Si bien el huevo es uno de los alimentos de origen animal más completos de nuestra dieta, con un aporte muy rico en nutrientes y vitaminas, los problemas óseos de las gallinas ponedoras suponen un importante dilema de bienestar animal con serias implicaciones éticas para la industria del huevo.
En este sentido, la investigación en la que participa el profesor Alejandro Rodríguez Navarro, del departamento de Mineralogía y Petrología de la UGR, pretende reducir la incidencia de problemas esqueletales (fracturas, deformaciones) en las gallinas ponedoras mediante selección genética. Además, los conocimientos adquiridos en este estudio podrán aplicarse también a la reducción de patologías óseas en humanos.
En el estudio, que está liderado por el profesor Ian Dunn, de la Universidad de Edimburgo, participan también la Universidad de Agricultura de Suecia (SEL), las universidades canadienses de Guelph y Alberta, y las compañías de selección genética de gallinas ponedoras Lohmann Breeders y Hy-Line International.