Un nuevo estudio revela que el efecto fertilizante que tenía el exceso de CO2 sobre la vegetación está disminuyendo en todo el mundo. La falta de agua y nutrientes puede provocar que los niveles de carbono en la atmósfera suban, que aumenten las temperaturas y que haya cambios en el clima cada vez más graves.
Los microorganimos pueden crecer alimentándose solo de purines de granjas porcinas (restos de excrementos sólidos y líquidos), sin necesidad de utilizar otros fertilizantes que encarecen el proceso de crecimiento. Esta es la conclusión de un experimento realizado en condiciones reales por investigadores de la Universidad de Almería para quienes el uso de efluentes líquidos abarata la producción y contribuye al tratamiento de estos desechos agrícolas de difícil gestión.
Investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Almería han desarrollado un nuevo método de producción sostenible de biofertilizantes de uso agrícola a través del cultivo de microalgas en aguas residuales. De hecho, el tratamiento de este tipo de vertidos supone un problema tanto para las industrias como para los municipios debido a su alto coste económico y energético
Las cenizas procedentes de combustión de biomasa arbórea son un buen fertilizante para las plantaciones de Pinus radiata, según una investigación llevada a cabo por Neiker-Tecnalia. La ceniza que se ensayó no mostró toxicidad y químicamente se caracterizó por poseer un pH alto, pero no corrosivo y un contenido adecuado de magnesio como fertilizante, señala la institución.
Idoia Ariz Arnedo, ingeniera agrónoma y Doctora por la UPNA con Mención de Doctora Europea, ha analizado en su tesis doctoral el efecto que la mayor o menor intensidad luminosa provoca en determinadas plantas, así como las consecuencias de su nutrición mediante fertilizantes nitrogenados con nitrato y amonio. “Este trabajo ha consistido en profundizar en el conocimiento de la manera en que las plantas absorben el nitrógeno suministrado, cómo, según la intensidad de luz, disponen del carbono y cómo todo esto influye a la hora de que asimilen el amonio, que para la mayoría de ellas resulta tóxico cuando se suministra en concentraciones elevadas”, explica esta investigadora.
Un equipo del Departamento de Construcción y Agronomía de la Universidad de Salamanca (USAL) ha desarrollado un proyecto de compostaje que convierte los residuos apícolas procedentes de paneles de abejas en un fertilizante útil para algunos cultivos.
Jaime Gómez Gil, profesor de Teoría de la Señal de la Escuela Técnica Superior de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid, ha recibido dos galardones que reconocen sus trabajos de investigación relacionados con la tecnología aplicada al guiado autónomo de los tractores agrícolas.
Un grupo de investigadores del Departamento de Producción Animal de la Universidad de León ha comenzado a publicar los resultados de un trabajo de treinta años de duración sobre la fertilización de prados de siega para la obtención de forraje de alimentación de vacas nodrizas durante la invernada. En ese tiempo, variaron las dosis de hidrógeno, potasio y fósforo en 64 parcelas del paraje de Las Salas, en el término municipal de Crémenes (norte de la provincia de León), con el fin de conocer qué porcentaje de estos elementos químicos son los idóneos para diferentes tipos de explotaciones ganaderas.
La revista americana Proceedings of the Nacional Academy of Science (PNAS) recoge en su edición de hoy un artículo de un grupo de investigación de la Universidad de Salamanca que revela cuál es la molécula clave en la absorción por parte de algunas plantas, a través de su raíz, de Rhizobium, un microorganismo que capta el nitrógeno necesario para un mayor desarrollo de las leguminosas. Se trata de la celulasa CelC2.
Cuando comemos un pepino pocas personas se preguntan de dónde vienen los minerales que éstos contienen. Pero cuando un agricultor tiene que decidir entre un fertilizante u otro para echar a sus pepinos, la cosa cambia. Los precios de estos fertilizantes suelen ser elevados y de su elección dependerán los beneficios que obtenga de su explotación y la calidad del producto final.