Idoia Ariz Arnedo, ingeniera agrónoma y Doctora por la UPNA con Mención de Doctora Europea, ha analizado en su tesis doctoral el efecto que la mayor o menor intensidad luminosa provoca en determinadas plantas, así como las consecuencias de su nutrición mediante fertilizantes nitrogenados con nitrato y amonio. “Este trabajo ha consistido en profundizar en el conocimiento de la manera en que las plantas absorben el nitrógeno suministrado, cómo, según la intensidad de luz, disponen del carbono y cómo todo esto influye a la hora de que asimilen el amonio, que para la mayoría de ellas resulta tóxico cuando se suministra en concentraciones elevadas”, explica esta investigadora.
Su tesis doctoral “Alta irradiancia y nutrición amoniacal en plantas: efecto en el balance carbono/nitrógeno y en la tolerancia al amonio”, ha estado dirigida por el catedrático de Fisiología Vegetal Pedro M. Aparicio Tejo y el profesor José F. Morán Juez, del Departamento de Ciencias del Medio Natural de la UPNA y adscritos al Instituto de Agrobiotecnología, y ha obtenido la calificación Sobresaliente cum laude y Mención de Doctora Europea.
La carrera académica y profesional de Idoia Ariz Arnedo ha estado ligada siempre a la Universidad Pública de Navarra, institución en la que actualmente trabaja como colaboradora de proyecto de investigación. Ha realizado diversas estancias en centros académicos y de investigación franceses, ha colaborado en más de una decena de capítulos de publicaciones y artículos científicos, y ha participado con la presentación de ponencias y comunicaciones en otros tantos congresos.
Uno de los grandes problemas medioambientales es la contaminación derivada de la actividad agrícola, producida por el aumento de concentración de nitratos en las aguas superficiales y subterráneas. Hoy en día, para obtener una producción agraria sostenible, existen abonos estabilizados que reducen notablemente la probabilidad de que el nitrógeno sea volatilizado hacia la atmósfera en forma de gas o que sea transferido a acuíferos y aguas subterráneas, pero el uso de estos abonos implica un aumento de la proporción de amonio en el suelo. En ese contexto, hay que indicar que en Navarra ya se han declarado tres zonas, en el acuífero aluvial del Ebro y afluentes, vulnerables a la contaminación de aguas por nitratos procedentes de fuentes agrarias. Así, según la Orden Foral 128/2009, 20 de marzo, las 3 zonas afectadas o en riesgo son los acuíferos aluviales del Ebro en Mendavia; del Cidacos, entre Tafalla y Murillo el Cuende; y del Ebro, entre Tudela y Alagón.
Luminosidad y asimilación de carbono
“El amonio y el nitrato son dos fuentes de nitrógeno para las plantas —señala Idoia Ariz— y mientras que el nitrato suele ser la forma preferida de nitrógeno de las plantas, el amonio resulta tóxico para la mayoría de ellas. No obstante, los síntomas que produce el amonio varía en las diferentes especies vegetales y se ha sugerido que la mayor o menor tolerancia depende de la disponibilidad de carbono, entre otros factores”.
En ese aspecto se ha centrado su investigación, en “profundizar en el papel que juega la disponibilidad de carbono, suministrada por distintas intensidades de luz, a la hora de que la planta asimile el nitrógeno en forma amoniacal”. Las especies utilizadas en su trabajo fueron guisante y Arabidpsis thaliana. Entre las conclusiones del estudio, se señala que “las altas concentraciones de amonio y baja intensidad luminosa provocan una fuerte limitación de carbono en guisante y, en último término, una reducción del crecimiento de los cultivos (menor producción con respecto a nitrato). Además, la mayor disponibilidad de carbono y energía obtenida a través de la alta intensidad luminosa consigue revertir en gran parte el efecto tóxico del amonio y permite un mayor crecimiento y desarrollo de las plantas de guisante”.
Por su parte, A. thaliana muestra un comportamiento distinto a guisante en su respuesta a la mayor disponibilidad de carbono. “Es posible que esta especie asimile el amonio en las hojas, mientras que en guisante se lleva a cabo principalmente en la raíz, por lo que la diferente localización de la asimilación del amonio podría estar condicionando el grado de sensibilidad-tolerancia de ambas especies a la nutrición amoniacal”.