Científicos del Museo Sueco de Historia Natural han descubierto fósiles de algas rojas de 1.600 millones de años de antigüedad, los más antiguos jamás descubiertos hasta la fecha. Este hallazgo indica que la vida multicelular avanzada evolucionó mucho antes de lo que se pensaba.
Investigadores del Centro de Regulación Genómica aclaran el debate sobre uno de los momentos cruciales en la evolución de la vida: la incorporación de mitocondrias a las células. El trabajo se publica hoy en la revista Nature y va acompañado por un artículo-comentario que destaca su relevancia.
Al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, el aumento en los niveles de CO2 está haciendo proliferar algunos tipos de microalgas que lo utilizan para crecer más rápidamente. Es el caso de los cocolitóforos, microalgas cubiertas de calcio, que en los últimos 45 años han multiplicado por diez su concentración en el Atlántico Norte. El cambio incontrolado en el jardín oceánico puede repercutir sobre el ciclo del carbono y, en último término, en la industria pesquera.
Imagen de un campo de fumarolas hidrotermales a lo largo del Ártico, en los sedimentos marinos cerca de donde se encontró
Un equipo de investigación, dirigido por la Universidad de Uppsala (Suecia), presenta el descubrimiento de un nuevo microbio, Lokiarchaeota, que representa un eslabón perdido en la evolución de la vida compleja. El trabajo proporciona además una nueva comprensión de cómo, hace miles de millones de años, los tipos de células complejas que comprenden plantas, hongos, animales y seres humanos, evolucionaron a partir de los microbios sencillos.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, hallan por primera la presencia de un organismo fotosintético y eucariota en un ambiente de extrema sequedad.
Un equipo internacional de científicos ha logrado crear un cromosoma eucariota en el laboratorio. En concreto, han sintetizado el de la levadura Saccharomyces cerevisiae, con el que sefabrica el pan, la cerveza y el vino. Este logro supone un gran paso en el campo de la biología sintética que permitirá el diseño de microorganismos para producir nuevos medicamentos, materias primas para la alimentación y biocombustibles.