El dispositivo creado por investigadores españoles simplifica el proceso de fabricación de piel in vitro y de otros tejidos complejos, que se podrían emplear en ensayos de testeo de medicamentos y cosméticos, entre otras aplicaciones.
El participante pertenecería al grupo de control del ensayo, por lo que no habría recibido una dosis, sino una sustancia inocua. La universidad británica y la farmacéutica AstraZeneca han decidido continuar con las pruebas de fase III de su vacuna contra la covid-19, que se encuentra entre los proyectos más avanzados, tras informar de este fallecimiento ayer.
Cerca de 2.500 bombas nucleares se han probado desde la segunda mitad del siglo XX. Siete décadas después del comienzo de la era atómica las consecuencias son aún palpables en el medio ambiente.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, ha anunciado que su organización va a retomar los ensayos clínicos con la hidroxicloroquina para tratar la COVID-19. Esto sucede solo una semana después de que la institución indicara que suspendía temporalmente las pruebas con este medicamento por razones de seguridad.
Esta doctora en Bioquímica desarrolla modelos de roedor genéticamente modificados para probar tratamientos y vacunas contra el SARS-CoV-2. A estos animales se les introducirá, mediante tecnología CRISPR, el gen humano que produce la puerta de entrada para el virus. Su proyecto ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III.
Una de las esperanzas en la lucha contra el cáncer es la medicina de precisión, que ataca cada tumor según su genética. El problema es que tanta puntería limita el número de pacientes candidatos a sus terapias. Para salvar el escollo, los novedosos ‘ensayos en cestas’ agrupan a los tumores por sus mutaciones, en lugar de por su origen. Con esta estrategia, un rompedor ensayo con participación española ha ampliado los posibles usos de un fármaco contra el cáncer de mama.
Estos procedimientos agrupan a los tumores por sus mutaciones, en lugar de por su origen./ José Antonio Peñas
Científicos del Instituto de Bioingeniería de Cataluña están desarrollando un dispositivo, denominado 'músculo en un chip', para combatir la distrofia muscular miotónica. Tendrá un tamaño inferior al de una tarjeta de crédito y permitirá probar fármacos y tratamientos en condiciones muy parecidas a las que se producen en el cuerpo humano, lo que proporcionará una información más similar al paciente que los resultados que aportan las pruebas hechas con modelos animales.
Vacunar a los pacientes para combatir sus tumores se consideraba la gran esperanza de la oncología, pero después de años de intentos frustrados el sueño parecía desvanecerse. Ahora, nuevos fármacos experimentales que no previenen, sino que atacan la enfermedad, vuelven al escaparate científico. A falta de los ensayos definitivos, algunos aventuran que llegarán para quedarse.