El consumo habitual de pescado como fuente principal de ácidos grasos omega-3 puede ofrecer protección frente a los desórdenes neuropsiquiátricos, según un estudio de Universidad de Navarra enmarcado dentro del proyecto SUN. Concretamente, revela que las personas que al menos lo ingieren moderadamente reducen en más de un 30% el riesgo de padecerlos.