Un consorcio internacional de científicos ha rellenado las lagunas que quedaban en más de la mitad de la secuencia de ADN del cromosoma sexual masculino, con implicaciones para la fertilidad y la salud. Por su parte, otro equipo ha revelado su gran variabilidad tras analizar el de 43 varones de diferentes poblaciones del mundo.
Un equipo, con participación española, ha analizado las secuencias genéticas del cromosoma Y de neandertales y denisovanos, estrechamente relacionados evolutivamente con los primeros. Los resultados revelan, sin embargo, mayor similitud genética entre los neandertales y los humanos modernos, lo que deja a los denisovanos como un linaje de una raíz más antigua para este marcador genético.
Científicos españoles han diseñado una nueva técnica genética para capturar el cromosoma Y, responsable de patologías como la infertilidad masculina o alteraciones tumorales, y cuya secuencia completa aún no se ha logrado desarrollar.
Un estudio publicado en la revista Scientific Reports, basado en las muestras de más de doscientos hombres de África del Norte, Oriente Medio y la península Ibérica, arroja luz sobre los procesos históricos y demográficos ocurridos en el pasado en África del Norte, gracias al análisis de la variante E-M183 del cromosoma Y. Esta variante también se ha encontrado en momias guanches, señalando al norte de África como la región de origen más probable de los aborígenes canarios.
El cromosoma Y es uno de los dos cromosomas sexuales humanos y, a diferencia del X, se transmite exclusivamente a través del padre. Un equipo de científicos publica en acceso abierto el primer análisis genético en profundidad de un cromosoma Y de neandertal a partir de los fósiles de El Sidrón (Asturias). Según sus resultados, no hay rastro de este linaje en el ADN de los hombres modernos.
En la mayoría de las sociedades, los apellidos se transmiten de padres a hijos, al igual que el cromosoma Y. De ello se desprende que los hombres que comparten los mismos apellidos podrían tener cromosomas Y emparentados. Un nuevo estudio analiza esta correlación en España y revela que gran parte de los que llevan apellidos inusuales son familiares lejanos.
Investigadores de la Universidad de Sevilla estudian la contribución del toro de lidia al patrimonio genético español de bovino. Independientemente de las connotaciones ético-culturales que lleva asociadas, ocupa un lugar destacado en el ecosistema de la dehesa, contribuyendo junto con el cerdo ibérico y otras razas autóctonas, decididamente a su mantenimiento.
Un estudio, donde se comparan los apellidos de 416 varones andaluces con su información del cromosoma Y, revela que numerosos apellidos pertenecen a individuos de distintas familias. La explicación a este peculiar fenómeno se remonta a su introducción durante la Edad Media y la Reconquista, tal y como recoge la investigación dirigida por la Universidad Complutense de Madrid.
Primeros granjeros en Europa.
El cromosoma sexual masculino Y ha evolucionado muy rápidamente en los últimos 100 millones de años. Según las investigadoras de la Universidad Estatal de Pensilvania, Kateryna Makova y Melissa Wilson, este cambio está provocando que el cromosoma Y pierda genes, y podría suponer su total desaparición con el paso del tiempo.