Investigadores de EE UU han logrado integrar neuronas humanas cultivadas en laboratorio en cerebros de ratas adultas a las que se había lesionado su corteza visual. Solo tres meses después, el injerto estaba totalmente incorporado y los animales ya respondían a estímulos luminosos.
Un equipo de la Universidad Miguel Hernández de Elche ha utilizado electrodos directamente en la corteza visual de una persona invidente. La estimulación que produce el microdispositivo desarrollado por los científicos genera percepciones visuales con una resolución mucho más alta de lo que se había conseguido hasta la fecha.
El número 33 señala la zona donde se encuentra la corteza visual.