El compostaje aprovecha los residuos orgánicos que se producen cada día para convertirlos en abono. Pero, aunque este proceso aporta numerosas ventajas ambientales, también se crean compuestos orgánicos volátiles que emiten una gran cantidad de olores ofensivos. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un nuevo método para evaluar el impacto oloroso que supone el compostaje.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han estudiado diferentes metodologías para medir la estabilidad de los residuos orgánicos como indicadores biológicos. Los científicos presentan en el último número de Journal of Environmental Quality una metodología mejorada que permite medir de forma fiable el contenido de materia orgánica biodegradable en materiales orgánicos sólidos, y resulta útil para investigadores e industrias.
Un equipo del Departamento de Construcción y Agronomía de la Universidad de Salamanca (USAL) ha desarrollado un proyecto de compostaje que convierte los residuos apícolas procedentes de paneles de abejas en un fertilizante útil para algunos cultivos.
La Oficina estadística de la Comunidades Europeas (Eurostat) de la Comisión Europea publicó ayer los datos sobre los residuos municipales (procedentes de hogares, pequeñas empresas y oficinas recogidos por los servicios municipales) que se generaron en 2007 en la Unión Europea de los 27. España es el octavo país que más desechos ha generado con 588 kg de basura por persona, superando así la media europea situada en 522 kg.