El Grupo de Investigación de Compostaje de Residuos Sólidos Orgánicos de la UAB ha llevado a cabo una investigación para poder reducir los malos olores y la contaminación atmosférica de las plantas de compostaje. Los científicos han conseguido reducir al mínimo la emisión de amoníaco, uno de los gases que más se produce en el compostaje de residuos orgánicos y que más mal olor provoca.